4 de diciembre de 2015

Amor en tiempos de Balotaje

MARIDO: - Pero, ¿no te acordás amor? La casa estaba destruida en 2001 cuando llegamos. Mirá hoy,  está genial, nunca estuvimos mejor. Cambiamos las puertas y ventanas, pusimos más flores en el patio, dos baños más y una habitación más. Todo eso sin contar…
MUJER: - ¿Mejor? ¿A dónde estamos mejor? Una pared está descascarada, la chapa del techo está despintada y hay muchos agujeros. Así no podemos vivir más. ¡Necesitamos un cambio urgente! Esto no da para más.
MA: - Bueno, te prometo que ahora subo al techo, pinto la chapa, arreglo los agujeros. O sino llamo y hacemos un techo nuevo.
MU: - ¿Ahora? ¡Qué vivo! ¿Por qué no lo hiciste antes eh? Dejame que llamo yo y lo hago yo, mejor.
MA: - Si subís vos nos vamos a quedar sin techo, sin chapas, sin paredes, sin casa. ¡Me das miedo!
MU: - ¡Ah! ¿Miedo te doy yo? ¿Y la grieta? Esa me da más miedo.
MA: - ¿Cuál grieta?
MU: - Esa que generaste vos y divide la casa en dos y hace que nos peleemos todo el tiempo.
MA: - ¡Yo no la veo che!
MU: - Hace rato que ves lo que querés y que simulás que todo está bien. ¿Cómo es tu cantito pedorro? Con fe, con esperanza, con optimismo.
MA: (silencio y mira para otro lado)
MU: - Amor… ¿me escuchás cuando te hablo? Creo que necesitamos paz, abrazarnos más, darnos más besos, estar unidos, más juntos. El futuro nos pide eso.
MA: - Bueno. Ehmmmm… si la Patria es el otro, vos serías la Patria, ¡Entonces te puedo abrazar!¡Sí!¡Abrazos y besos para todos y todas!.
MU: - Para todos y todas ¡Noooo!. ¡Sólo para mí! Y dale, abrazame. Te quiero. Te quiero mucho.
MA - Yo también. Vení para acá. Te voy a abrazar y a besar tanto, tanto como dura la cadena nacional.
MU: - Amor, basta. Cambiemos.
MA: - ¿Te parece? ¿Y si mejoramos lo que está mal y mantenemos lo que está bien?
MU: - Cambiemos te dije.
MA: - Cambiemos para la victoria de nuestro amor. Porque no fue magia todo lo que vivimos. 
MU: Bueno. Dale. Pero después llamamos al albañil para que arregle la grieta ¿eh? No te pienses que ya me olvidé de eso.
MA: - ¡Yo no la veo te dije!
MU: - Bueno yo lo llamo igual, total si no la ves, para vos va a ser lo mismo.
MA: - Amor
MU: - ¿Qué?
MA: Si tenemos una nena quiero que se llame Cristina. Y si es varón Néstor o Víctor Hugo.
MU: ¿Qué? ¡Horribles esos nombres! Si es nena… quiero que se llame Lila. Así le decimos Lilita. Y para varón me gustaría Mauricio o Jorgito.  

26 de noviembre de 2015

UN DIÁLOGO INVENTADO / ARGENTINA 2015

- ¿Y si todos tiramos para el mismo lado?
- Sí, el tema es que... no sabemos ¿cuál sería "el mismo lado"?
- Ah ¡eso queda para allá!
- No, para mí ¡es para allá!
- Ah Bueh. Creo que estamos en problemas. Tenemos que ponernos de acuerdo. El futuro nos espera unidos.
- ¡Qué lindo estar unidos! ¡Me encanta el futuro! Pero… ¿para dónde queda?
- ¡Ufa che! Si caminamos juntos, respetando al otro, nos espera un futuro mejor.
- ¿Respetando al otro? ¿Y eso? ¿Dónde queda?
- ¡¡¡Me estás sacando!!! El respeto al otro, escuchar al otro, unirnos en las diferencias, dialogar, amarnos como hermanos.
- Ah, ¡qué lindo mensaje! Aunque no tengo hermanos y soy hijo único... ¡Lo voy a compartir en Facebook!

16 de noviembre de 2015

EL DESAFÍO DE LA INCLUSIÓN Y LA PAZ PARA LA ARGENTINA QUE VIENE

 De acuerdo a los distintos ámbitos en los que transito y trabajo -y que son muy diferentes entre sí - puedo afirmar que la inclusión está presente en todos ellos, sea como una realidad o como un firme deseo de realizar: todos -o la mayoría de nosotros- queremos o anhelamos la inclusión, más allá de la postura personal, política o institucional que elijamos adoptar.
 La inclusión debe ser tomada como el único camino posible para una Argentina mejor. Nadie es dueño de la inclusión y por esto nos corresponde a todos, depende de todos.
 El foco de discusión debe estar puesto en el cómo la logramos y en evaluar cómo se estuvo logrando a lo largo de nuestra historia como país, para poder proyectar mejor. El futuro no nos pide perder el tiempo debatiendo si la inclusión es buena o mala: nos exige encontrar mejores respuestas a cómo lograrla.  
 Sí, debemos aceptar y ser sinceros en algo: incluir nos cuesta, nos obliga a reconocer al otro diferente, a encontrarnos con otra realidad, a salir de nuestra “burbuja”, de nuestra comodidad. No es algo fácil ni sencillo, pero lo argentinos tenemos un gran motor para lograr la inclusión y es la solidaridad. Es ella uno de los valores más importantes que tenemos y debemos cuidarla y estar orgullosos.
 Por otra parte, es muy notorio el enojo de algunas personas ante la inclusión; pero el enojo es con la forma, con los métodos, no con la inclusión en sí misma.

 ¿Y qué tiene que ver la inclusión con la paz?

 Nunca alcanzaremos la paz o la amistad social si hay excluidos. Porque la exclusión anula a las personas, las deja sin oportunidades, las aísla y eso aumenta el odio. Y el odio es el principal motor para la violencia.
 Entonces, si no nos cuestionamos el verdadero origen de lo que está pasando, nos quedamos viendo el final, la noticia final, la tragedia final. Nos horrorizamos ante la muerte, nos apenamos y angustiamos, pero después la vida sigue su curso, como si nada hubiera pasado realmente.
 Cuando pedimos seguridad deberíamos pedir menos excluidos. Cuando pedimos seguridad deberíamos pedir más paz.
¿Por qué hay tanta violencia? Las cosas no ocurren porque sí. Tampoco se solucionan poniendo un policía por persona para que nos cuide. Deberíamos ir mucho más allá y analizar profundamente: alguien violento está pidiendo que lo miren. Nos dice “acá estoy”, nos pide a gritos “quiero que me quieran”, “quiero que me tengan en cuenta”.

Algunos interrogantes

Finalizo con muchos interrogantes; pero eso está bueno creo. Preguntarnos cosas y evaluar, es una buena manera de crecer.
 Nuestro desafío, hoy, es responder juntos y unidos en nuestras diferencias: ¿cómo seguimos? ¿Cómo logramos la inclusión? ¿Son buenas las formas de inclusión de los últimos años? ¿Qué cosas positivas y negativas nos han dejado? ¿Qué tenemos que corregir? ¿Qué tenemos que incorporar? ¿Cómo llevamos a la práctica la inclusión en nuestra propia vida?
 Por último, una pregunta a los gobernantes que vengan: ¿cómo seguirán y seguiremos construyendo una mejor inclusión para todos?

 La inclusión siempre es buena más allá de quien la proponga. Es el camino que debemos seguir transitando para un país mejor y que nos incluya verdaderamente a todos. 

28 de octubre de 2015

Por una Argentina más unida

¡La Argentina que viene nos pide estar unidos! ¡Basta de divisiones! ¡A crecer! Para eso empecemos desde hoy, dando el ejemplo, desde nuestro lugar.
En mi humilde opinión, noto que nos falta mucho para saber perder y ganar, respetando al otro. 
Hemos madurado, creo, en nuestra manera de votar, en la posibilidad de elegir y la capacidad de debate.
Pero, entre ganadores y perdedores, veo una actitud muy adolescente que me hace acordar a la escuela secundaria, cuando se ganaba o se perdía un partido de fútbol.
Siempre pensé que cuanto más energía pierdo en reírme o hablar del otro, sea que haya perdido o ganado, más le estoy dando protagonismo.
Luego del resultado, la energía debe estar puesta en la autocrítica y en ver cómo seguimos, para mejorar, sea que hayamos ganado o perdido.
Por último me permito algo personal: me gustaría que el cantito ese "es para X que lo mira lo por TV", no exista más.
Que los que ganen inventen un cantito para celebrar la victoria, sin andar nombrando al otro ¿se podrá?

Escrito el 26 de octubre, luego de las elecciones presidenciales.

16 de octubre de 2015

¡UN CORAZÓN LLENO DE LUCES! ( 33 AÑOS DE VIDA ¡GRACIAS! )

Dicen que se cosecha lo que se siembra y... ¡estoy muy orgullo! Porque mi cosecha no está hecha de bienes
materiales, ni de cosas pasajeras que no llenan: mi cosecha está en mi corazón y está hecha de luces encendidas por cada uno de ustedes.
Ayer confluyeron,en un día, muchas de esas luces. Y me provocaron mucha emoción, toda junta. Otras luces, las que extraño mucho, siguen encendidas en el cielo y adentro de mi corazón como ausencias que brillan como presencia eterna.
Vivir un año más, me llevó a releer las páginas ya escritas del libro de mi vida. Y lo que releí me lleva, una vez más, a decir ¡GRACIAS!
Gracias a Dios y a la vida por todo lo que me ha dado.
Gracias a la gente buena, que es mucha y que es luz para mí e iluminan el camino de mi vida.
Gracias a la gente mala, a toda la que me ha querido dañar o logrado hacer daño, porque me hicieron mucho más fuerte.
Gracias a todos ustedes, compañeros de camino y de momentos. Cada uno brilla con su intensidad.
Gracias por lo malo y por lo bueno. Por los logros y por las heridas.    
Gracias por las tormentas. Gracias por el sol.
Gracias por la primavera.
Gracias por los inviernos del alma, que son tan necesarios para renacer y reverdecer.
Gracias por "las muertes" que me obligaron a resucitar cada vez y una vez más.
Seguiré adelante con la fuerza de la luz de todos los que tienen luz. Trataré de no perder jamás la alegría.
La seguiré defendiendo como un escudo, como un principio, como un destino, como una bandera, como una certeza.
(ESCRITO EL 14/10/15, AL DÍA SIGUIENTE DE CUMPLIR MIS 33 AÑOS)

FERIA DEL LIBRO SAN NICOLÁS ¡GRACIAS DUILIO CÁMPORA!

 Vi nacer la feria del libro de mi ciudad en el año 1996, cuando iba a primer año de la secundaria en la Escuela Normal y el Director Duilio Cámpora nos invitó a todos los alumnos a colaborar en ella. La escuela abrió sus puertas a la primera feria del libro de la ciudad. ¡Cuánta sorpresa! ¡Cuánta alegría!
Si alguien no se acercaba a compartir lo que sabía hacer, él lo invitaba.¡Que nadie se quedara afuera!
Así que, queridos amigos, tengo que confesar que ya antes de ser escritor me había enamorado de la feria del libro. Días de muchos libros, de encuentro, de música sonando por todos lados, de arte, de magia y de sueños.
 Hoy, año 2015, la feria lleva el nombre de Duilio, quien nos dejó hace cinco años. Y este fruto ¡es de él!¡Gracias! No es sólo un homenaje o un nombre más. La feria fue realmente su gran sueño hecho realidad y trabajó mucho por ello, involucrándonos a todos en el colegio y a todos en la ciudad. Plantó una semilla, la hizo crecer y nos dejó un árbol que debemos cuidar entre todos.
 Sólo si todos nos unimos verdaderamente podemos hacer una cultura viva, brillante, que arda, que encandile y que se sienta. No hay otro camino que el de expresarnos juntos, porque así dejamos huella y tenemos verdadera identidad.
 Por todo esto sigo apoyando a la feria del libro, a pesar de las críticas que pueda tener. Y lo hago con todas mis energías y con todo mi corazón. Por esto invito a todos a visitarla. Por esto invito a todos a compartir lo que hacen, en este lugar que crecerá, si todos nos sumamos con lo que tenemos para dar.
(12/10/15)

¿Para qué edad son mis cuentos?

 Ayer me vino a visitar una niña con su familia. Sacó mis libros de cuentos de una bolsita y me dijo, tímidamente y con una sonrisa, que le gustaban. Le pregunté la edad: nueve - me contestó para mi sorpresa.
Luego llegó una chica con su marido y sus hijos. Tendría unos treinta y cinco años aproximadamente. "Leí dos cuentos y no paré de llorar" - me dijo ansiosa y de repente al llegar. "Es así" - me confirmó su marido. Y realmente no supe qué decir.
Lo escribo y sé que puede sonar exagerado. Pero se los quería contar. Siempre me preguntan ¿para qué edades son los cuentos? Y si bien uno puede responderlo de alguna forma, los cuentos, las palabras, las cosas que expresamos con el corazón, no están pensadas para una edad. Simplemente llegan o no, tocan el alma o no. Por eso, no hay para mí, literatura mejor o peor. No hay arte bueno o malo.
Todo depende de que te toque el corazón o de que no te mueva ni un pelo. Y a esas cosas, las que salen del corazón y llegan a otros corazones, no las podemos analizar con la razón.
(EN LA FERIA DEL LIBRO, ESCUELA NORMAL, SAN NICOLÁS - 11/10/15)

6 de septiembre de 2015

¿POR QUÉ ME GUSTA LA PRIMAVERA?

 Porque trato de acompañar a la naturaleza y reverdecer con ella, de descifrar y sentir todo lo que me está diciendo. Me dice que es momento de renovarme, de volver a ser, de volver a sentir, de volver a brotar a la vida, con lo mejor de mí. Es el momento de florecer, es el momento de mostrar las flores y los frutos y, bajo el sol, seguir haciendo las cosas que me hacen bien y verdaderamente feliz. 
 Una nueva primavera está asomando. Es el reverdecer de la vida y trato de sentirlo también en mi corazón. 
 Su llegada la celebramos con el calendario cada 21 de septiembre, pero, como todo en la vida, llega de a poco, paso a paso, sin darnos cuenta tal vez. 
 Fuimos y vamos compartiendo juntos un conteo, “los días que faltan para”; algo que se transformó en una forma cómplice de "jugar", pero también de esperar juntos la renovación de la vida que ya llega. 
Fue necesario pasar el invierno, tan necesario para mirar hacia adentro, revisar el alma, sanar las heridas, encontrar la calma y la unión con nosotros mismos y los demás. 
 Y si, gente linda, señoras y señores, amigas y amigos, es por todo esto que cuento los días que faltan para que llegue. (ESCRIBO ESTO Y FALTAN 15 DÍAS :))
Ya se siente entre nosotros, está en el aire, en el sol que ya comienza a calentar un poco más, en las hojas y en los brotes verdes y nuevos. Si sabemos mirar, ya hay pinceladas entre nosotros. El paisaje color verde nuevo, anuncia una nueva primavera por llegar. 
 Es mi deseo que la primavera sea, para todos nosotros, una oportunidad de reverdecer con lo mejor que tenemos para dar. 
 Porque la primavera es más que una estación de flores, de pajaritos y de amor. La primavera es una actitud de vida.

PARA PENSAR / DROGAS Y PREJUICIOS

 En una charla sobre drogas, destinada a los jóvenes, el disertante preguntó: "¿cómo te imaginás a un drogón?" La alumna y adolescente, que aceptó responder la pregunta y participar, respondió dando ciertas características: pelo medio largo, desprolijo, tatuado, con un piercing, hablando mal... En resumen, fue describiendo a un chico que podría denominarse "marginal". 
 Este sencillo ejercicio permitió comprobar cuántos prejuicios tenemos y la relación entre lo que imaginamos y la realidad: la droga también viste de saco y corbata.
En el corte de la charla, me acerqué a la alumna y le dije: ¿Una pregunta? ¿No se te ocurrió describir, por ejemplo, al cantante de Tan Biónica?
Con cara de pensativa y luego de sorprendida me contestó: ¡Tenés razón!
Por otra parte su compañera, que estaba al lado de ella, agregó:
¡Ah, no! ¡Porque ese es lindo!
(CHARLA ORGANIZADA POR CÁRITAS SAN NICOLÁS, 28/08/15 - DISERTANTE: JUAN JOSÉ BURTON)

18 de agosto de 2015

CRISTIANOS FELICES Y MULTIPLICADORES DE BUENAS NOTICIAS

 En realidad al título debería haberlo puesto entre signos de pregunta (¿?), pero elijo que sea así, una afirmación que no da lugar a la duda.
 No sé bien porqué, pero es una realidad: solemos centrarnos en lo malo que tiene la vida, como si ser optimistas fuera algo imposible o “desubicado”. Deberíamos darnos cuenta de que lo esencial del Evangelio y del mensaje de Jesús es la alegría. Pero no una alegría así nomás, porque sí, superficial, sino la alegría de la Salvación. No podemos mirar para otro lado como si no hubiéramos entendido este mensaje. La Buena Noticia que nos trajo Jesús con su persona y sus palabras de Vida, no pueden pasar por nuestros oídos sin sembrarse y germinar en nuestro corazón.   
 De chico me costó mucho entender esta parte de la religión y ver unidas dos palabras como religión y alegría: ¡estaban tan lejanas siempre! Hablar con los amigos y nombrar la Biblia, ya daba a entender algo antiguo, aburrido y caduco.
 Hoy redescubro y reafirmo -luego de tanto camino recorrido y de tantos planteos- que lo esencial del ser cristiano es la alegría. Y no hay duda sobre esto. Debemos saber reconocerla, vivirla y transmitirlas a los demás, en un mundo donde estamos tan pobres de alegría, además de tantas otras nuevas pobrezas.   
 Cuando el Papa Francisco habló sobre la cara de los cristianos, diciendo que algunos tienen “cara de pepinos en vinagre”, me pareció genial: ¡por fin se hablaba sobre esto! Algo pasó en todos estos años para que no se nos note la alegría del Evangelio y que no la logremos promover en los niños y en los más jóvenes.
 No propongo negar la realidad, pero si tener un compromiso con la alegría y las buenas noticias como camino hacia una vida mejor cargada de esperanza.
 Y esta alegría no debe ser un maquillaje, algo superficial. Este gozo profundo llega cuando entendemos bien el Evangelio. ¡El mensaje de Jesús es tan simple de entender! Sólo que lo hemos complicado mucho. Cuando sabemos ver más allá, cuando lo incorporamos a nuestra vida cotidiana, vemos que no está nada lejano.
 Hoy vivimos inmersos entre las malas noticias que propagan los medios, pero hay algo peor aún: nosotros somos, muchas veces, los propagadores de las malas noticias, en nuestras reuniones, en nuestras charlas y también en nuestro compartir virtual. ¿Puede alguien cristiano ser un propagador de malas noticias y de desesperanza?
 El desafío de hoy es, a través de nuestra andar cotidiano, contarles a todos desde nuestra fe, que estar cerca de Dios es la mayor alegría que se puede sentir en el corazón.
 Pienso en las bienaventuranzas… todas comienzan con la palabra “FELICES”.  Felices (bienaventurados) los felices de corazón. Felices los que llevan las buenas noticias… me permito pensar.
 Si somos cristianos no hay vuelta que darle: debemos transmitir alegría y ser los propagadores de la Buena Noticia de Jesús y de las buenas noticias de hoy.
Ser cristianos es ser felices, con uno mismo primero, para luego poder llevar luz a los demás.

 MI COLUMNA "ENFOQUE JOVEN" - Periódico Diálogo Nº 241 - Julio 2015 www.dialogo.com.ar 


5 de agosto de 2015

¡PERSONAS CON!

(Quiero compartir estas ideas para saber la opinión de todos y que podamos crecer entre todos)
¿Cuál es la forma más adecuada, la más correcta, la mejor, para expresarnos?
Cuando era chico se decía "discapacitados". Nunca me gustó, me parecía un tanto violento o discriminatorio, pero era parte de la forma de decir de aquel momento. Con el tiempo alguien me explicó que no, que así no se decía. Que son personas especiales. Y por una experiencia personal que me tocó vivir de cerca, pude comprobar que sí, que son especiales, que tiene un corazón especial y sentimientos especiales que viven en ellos. Y estos encuentros especiales, me han dejado conmovido, desnudo ante mi propia humanidad y fragilidad. Me enseñaron muchísimo, me sirvieron de espejo para crecer y ser mejor persona. Debo confesar que, muchas veces, sentí que estaba frente a verdaderos ángeles que habitan con nosotros en el mundo.
También, en otros ámbitos, me enseñaron a decir que son "personas con capacidades diferentes". También es válida. Pero la palabra diferente me molesta un poco, porque marca una división, segrega, aumenta la diferencia.
Todas son formas de expresarnos y son válidas creo, pero .. ¿qué opinan ustedes?
Hoy escuché a la periodista Silvia Fernández Barrio y me aportó una nueva forma: son "PERSONAS CON". En su caso particular se define como una "persona con psoriasis". Y se mostró molesta ante expresiones tales como “es un psoriásico”.
Me dejo pensando mucho. Es cierto que con decir o nombrar mejor no solucionamos todo lo que debemos evolucionar frente al tema. Pero las palabras crean realidad, son poderosas, pueden crear mundos maravillosos o herir como puñaladas, dejando huellas bellas u horribles para siempre.
Creo que si nos ponemos de acuerdo, podemos vivir verdaderamente en inclusión, en fraternidad, sin discriminarnos, sin diferencias.
Me gustó esta idea de “PERSONAS CON”. Porque somos personas con... tristezas, con dolores, con alegrías, con…
Somos personas con distintas maneras de vivir, de pensar, de sentir... y en definitiva, todos somos personas. ¿no?

1 de agosto de 2015

LA AMISTAD (por Juan Carlos Pisano)

 La amistad es uno de los sentimientos más hondos que puede experimentar el ser humano. Es un don gratuito, que se da y se recibe sin ningún interés de por medio y, por eso, nos hace más plenos pues es una muy especial dimensión del amor.
 La amistad ennoblece, hace crecer y permite salir de uno mismo para darse al otro. La amistad es creativa y creadora y es signo de una madurez que se adquiere paulatinamente en el camino que se transita compartiendo una sonrisa o sobrellevando el dolor. La amistad, es sinónimo de confianza y de entrega sin concesiones que permite disfrutar en los momentos de luz y tiene fe cuando no se ve tan claro.
 Nada de esto se da mágicamente y requiere algunas condiciones; en la amistad hay que saber «esperar» al amigo, sin «apurarlo» para que tenga determinadas reacciones o para que responda de la manera esperada. Hay que confiar aunque las circunstancias parezcan decir lo contrario. Exige aprender a respetar el silencio y disfrutar los encuentros aunque no estén «llenos» de actividades. También se debe tener en cuenta que hay tiempos personales y se debe aceptar la intimidad individual de cada uno y «soportar» pacientemente que, en la amistad, hay luces y sombras. Así, se puede construir una amistad duradera, perdurable e indestructible.
 La transparencia de la amistad, permite pensar en voz alta y «darse la espalda». Los amigos, logran erradicar los prejuicios que vician las relaciones humanas y eliminan de sus códigos las «suspicacias» y las dobles intenciones; hay momentos de enojo, pero no se dejan llevar por la ira o por la «bronca» y siempre piensan bien del otro con franqueza y honestidad.
 Los que caminan juntos, se saben esperar para seguir adelante con el mismo paso y se detienen frente a los obstáculos, para ver más claro. Se dan ese empujón necesario en el momento oportuno, cuando el otro está por «bajar los brazos». Si marchan «de la mano» llegarán muy lejos porque así no se cansarán.
 La amistad es un remanso de paz. Los amigos transmiten equilibrio y se convierten en escuela de sensatez; tienen sus oídos dispuestos, son comprensivos, saben escuchar con su corazón, y están abiertos en todo momento porque saben ponerse en el lugar del otro.

Juan Carlos Pisano. Catequista y comunicador católico argentino. (1954 - 2014) 

Nosotros, la tecnología y la naturaleza

 La tecnología, que tantas oportunidades nos brinda, también nos quita otras cosas. Sea por cuestiones de trabajo o también por elección propia para nuestro ocio, se lleva el tiempo que antes destinábamos a estar más cerca de la creación o de la vida al aire libre.

 Aunque hoy la tecnología móvil avanza cada vez más y nos da la oportunidad de estar más tiempo al aire libre,  nuestra mirada se inclina hacia abajo, estamos distraídos, con poca capacidad de observación profunda y contemplación verdadera.  

 ¡Qué lindo es admirar! Estar en silencio y ver qué nos contesta nuestro corazón, tan mareado, tan perturbado a veces, tan lleno de cosas que sobran.

 Un ejercicio válido para estos tiempos es tratar de volver a mirar, de volver a maravillarnos. Darnos la oportunidad de contemplar un paisaje y la vida.

 Yendo un poco más allá, sabiendo que el Papa más de una vez hace alusiones a la ecología, quiero dejarles algunas preguntas para reflexionar juntos: ¿cómo es nuestra relación hoy con la naturaleza? ¿cuántos momentos de cada día dedicamos a contemplar? ¿cómo cuidamos y respetamos la creación? ¿cómo defendemos la vida desde el gesto cotidiano más pequeño?; ¿cuidamos ese elemento vital que es el agua?

 Son tiempos raros estos. Nos conmovemos ante tantas imágenes y fotografías de la naturaleza, pero pasamos por alto los verdaderos paisajes, los reales, los vivos.

 Dios está vivo, presente y nos habla. Con el sol, con el viento, con los árboles…, en un río que corre… Cuanto más cerca de la naturaleza más cerca estamos de Dios que quiere hablar  con nosotros amigablemente.

 Porque Dios creó el mundo y vio que todo lo que había hecho era muy bueno. Y lo creo para compartir con otros la alegría de existir.

 MI COLUMNA "ENFOQUE JOVEN" - Periódico Diálogo Nº 240 - Junio 2015


9 de julio de 2015

ARGENTINA Y EL FÚTBOL: hacia una revalorización del esfuerzo y del segundo puesto.

 Por supuesto que se siente bronca y todo tipo de sentimientos, cuando estás ahí nomás de la gloria, de ser campeón y que al final no suceda lo soñado. Ni que hablar de que nos pase dos veces en un año. Pero la única verdad es la realidad; lo que pasó y lo que pasa. Entonces me puse a revisar los datos, porque siento que estamos mejor que antes, pero quería confirmarlo.
 Todo lleva un proceso y, si bien el deporte tiene esa magia hermosa que dan las sorpresas, los que tienen alma de campeón la luchan durante muchos años previos. 
 En el mundial de Alemania 2006 salimos sextos, en Sudáfrica 2010 salimos quintos y en 2014 logramos ser Subcampeones del mundo. 
En la Copa América 2007 logramos ser segundos, en 2011 séptimos (cabe aclarar que en esta jugamos de local, acá en Argentina y nos quedamos afuera bien rapidito) y en 2015, ayer, salimos segundos. 
 Este proceso y camino de la selección, de acuerdo a los resultados obtenidos, nos muestra que vamos y estamos mejor y que hoy somos segundos en el mundo y también en toda América. ¿No es eso motivo para celebrar y estar orgullosos?Tendríamos que darnos cuenta, más allá de la ilusión, la pasión y el corazón que le ponemos al fútbol, que las cosas se logran en el tiempo, con constancia, con esfuerzo, con sacrificio y que los resultados que llegan son acordes a un proceso. 
 Tenemos que empezar a ser menos injustos y exitistas con los resultados. En el deporte y en la vida. Tenemos, desde nuestro lugar, el deber de cambiar algo tan arraigado culturalmente: el menosprecio al segundo puesto. “Que nadie se acuerda”, “que es lo mismo que nada”, etc. ¿Quién nos hizo creer eso? 
 La bronca está, sí. Las ganas que tenemos de ser campeones nos la tenemos que guardar para la próxima. Sentimos decepción y bronca porque queríamos la copa. Pero no podemos quedarnos sólo en esto. Tenemos que ver más allá. El proceso, el camino.
 El segundo puesto se logra con mucho esfuerzo. Una final perdida no puede borrar el justo reconocimiento a un arduo camino recorrido. 
Si nos olvidamos los segundos puestos, borramos con el codo todo lo que han escrito con la sangre.
La gloria se alcanza después de un gran camino y la historia se escribe así, paso a paso. 

25 de junio de 2015

CARTA A LA BANDERA ARGENTINA

 San Nicolás, sábado 20 de junio de 2015


Querida Bandera Argentina:

 ¿Cómo estás? Hoy es tu día y se me ocurrió escribirte una carta.
  Primero que nada quiero pedirte disculpas. Lamento profundamente todo lo que te estamos haciendo pasar.¡Con todo lo que has sufrido a lo largo de la historia! ¡Cuántos tironeos!¡Cuántos pisoteos y desgarros!
 Y hoy... seguimos en la misma ¿viste? La historia pasa y a veces sentimos que estamos en el mismo lugar.
¡Parece que los argentinos no cambiamos más! Siguen las divisiones y los desencuentros, como figurita repetida en un álbum que nunca terminamos de llenar.
  No logramos alcanzar la madurez y estamos como adolescentes eternos: todos tienen la verdad, nadie escucha la del otro. Todos se ríen de todos. Todos hablan de diálogo, pero cuando se juntan no duran ni quince minutos. Todos dicen mirar el futuro, pero en realidad terminan haciéndose los distraídos, mirándose el ombligo, queriendo ser los dueños de la verdad.
  Igual me quedo tranqui, yo sé que vos la tenés re clara. Seguís flameando porque hay mucha gente valiosa.
Sabés muy bien que los malos hacen mucho daño y ruido, pero no son la mayoría, ¡son los menos!. Y los buenos, aunque no se los vea… ¡están!... tratando de no bajar los brazos, de seguir luchando aunque los traten de tontos. Es que los buenos no hacen ruido ¿viste?
 Quiero decirte, bandera querida, que te quiero mucho. Me alegro de que te la banques y de que todavía estés ahí, flameando en lo alto y mostrándonos ese sol lleno de rayos.
 Quiero contarte que se me llena el alma de un fuego inexplicable cada vez que te veo en lo alto de un mástil o en el patio de una escuela. Me encanta ver como te llevan los abanderados: todos tienen una luz especial cuando te portan entre sus manos.
 ¡Ni te cuento como lloré cuando te vi en una escuela rural! Estabas ahí, en el medio del campo, del silencio, de la nada. Ese día entendí mejor lo que es ser argentino y me dio más esperanza.
 Y en la ciudad también estás, pero miramos para otro lado. Nos olvidamos de que, en realidad, todo lo que hacemos es por la Patria. La bandera que todos parecen admirar es la bandera del bolsillo, del interés individual, del sálvese quien pueda.
Y  otra cosa que ya habrás notado...¡andamos tan apurados!. Parecemos locos, corriendo de acá para allá, sin tener claro bien porqué, ni para qué, ni a dónde vamos.
 Bueno…no quiero alargarme tanto ¡Te quiero bandera! Así, siempre alta, siempre viva, siempre acariciada por el viento y ¡resistiendo! a todas las tormentas.
 Gracias por aguantar nuestras idas y venidas, y esta cultura de river-boca que sabemos que no nos lleva a ningún lado.  Gracias por estar a pesar de los malos argentinos. A esos Dios y la Patria los demanda y también el Pueblo. ¡Soy un soñador tal vez, pero creo en eso!
 Antes de despedirme quiero que saludes de mi parte a Manuel Belgrano, el genio que te creó y luchó tanto por vos y nosotros. Decile que gracias por todo, que lo queremos mucho y que  nunca dejaremos de seguir su ejemplo. ¿Dale? Vos que estás tan cerquita del cielo y que sos del color del cielo… ¡hacéme ese favor!
Vos seguí viva en el tiempo,¡resistí! y ¡nunca dejes de flamear!
Y no estés triste. Que tu sol sonría siempre, por todos aquellos que te honraron y te siguen honrando.
Porque fueron muchos los que han luchado por vos y los que siguen luchando hoy, dejando el alma, el corazón y la vida por la Patria.

¡FELIZ DÍA BANDERA ARGENTINA! ¡TE QUIERO SIEMPRE ALTA EN EL CIELO! ¡Sos la bandera de la Patria mía, del sol nacida,que me ha dado Dios!

Con mucho cariño y mi corazón celeste y blanco.

Martín Gozdziewski

15 de junio de 2015

LEER NOS UNE: LIBROS, CUENTOS Y CUENTACUENTOS SUELTOS EN LA PLAZA

 El sol brilla en lo alto de una tarde que trajo el primer frío bajo el brazo. Los chicos sentados en el suelo, en el centro de la plaza, esperan junto a los docentes, los inspectores y también los padres. Sobre las columnas que los rodean hay cartelitos con la frase "LEER NOS UNE". Una frase que también va para el Twitter, parece, porque adelante tiene un #. 

Los Cuentacuentos Nicoleños se preparan bajo la pérgola que preside la plaza. Están por salir a la cancha de los sueños y la imaginación. Las historias por contar van elongando y precalentando junto a estos lindos locos con la cabeza llena de pajaritos. 

¡ARRIBA LOS LIBROS! - indica alguien. Y los chicos y chicas de tercer grado de distintas escuelas, levantan sus libros preferidos. Eran muchos, muchos libros. Los levantaron bien altos, tan altos que hasta el sol que iluminaba la plaza Sarmiento, los pudo leer.
Y llegaron los Cuentacuentos con la misión que no tiene ni el más poderoso superhéroe: la de darle vida a las historias que los escritores han escrito en soledad.


Compartirlas, multiplicarlas, llenarlas de sol y de color...y de olor a plaza.
Escuchar las risas, apreciar las miradas atentas de los chicos y de los grandes, que vuelven a ser chicos en el corazón.


Aunque nadie la vio, la imaginación estaba por ahí, sonriendo más que nunca y bailoteando y cantando de la emoción.


¡QUE VIVAN LOS LIBROS! - dijo una de las payasas que también llegó a la plaza para regalar su arte y su magia.
- ¡QUE VIVAN LOS CUENTOS!
- ¡VIVAAAAAAAAAAAAAA! - gritamos todos juntos y a la vez.
Y así cerró la tarde.


Los chicos comenzaron el tan esperado picnic.
Y todos pero todos, sonreímos más que nunca.
¡Todos! ¡También la plaza y el sol!


PLAZA SARMIENTO - SAN NICOLÁS, PCIA DE BS AS - 11/06/15



6 de junio de 2015

Un recorrido, varias paradas

 Entre tantas cosas que hacemos a diario, postergamos lo más importante: detenernos a PENSAR. 
Ya estamos a mitad de año, en junio, mes seis. ¿Pasó rápido no? En uno de mis libros propongo una reflexión: "Un recorrido de dos o más paradas". 
 La idea es permitirnos pensar, darnos un espacio, en silencio, para poder reflexionar sobre lo que vamos viviendo. En este caso, pensar lo que hayamos vivido en estos seis meses del 2015. 
Solemos hacer el balance sólo al final del año cuando ya está todo casi terminado. Nos sirve, pero también nos desalienta porque decimos que "ya está". Y nos prometemos que el otro año será mejor, como si todo sucediera por arte de magia. 
 Detenernos en este recorrido, dos o más veces al año, nos permitirá darnos cuenta si lo que soñamos "en enero" se cumplió, se está cumpliendo, o no. 
 Y luego de pensar, podremos tomar las fuerzas para seguir adelante o tratar de intentarlo mejor en lo que resta del año, para llegar al lugar que deseamos estar.

2 de junio de 2015

Jesús, tu amigo en el camino

¿Qué tiene Jesús para decirle a los jóvenes de hoy? Mucho, muchísimo. Porque él es luz que ilumina el camino de la vida, y eso - en una etapa tan difícil y de tantos cambios como la adolescencia o la juventud - es valiosísimo.
Contar con un faro esperanzador, una luz que guía brillante en el horizonte, entre tanta confusión, resulta imprescindible.

Jesús es luz y esto no sólo es un símbolo, sino una realidad. Él iluminó los corazones de aquellos que lo siguieron en su época y a todos los que lo siguen hasta el día de hoy.

Jesús, por medio de nuestras palabras y acciones, ilumina verdaderamente el camino de nuestra vida. También es nuestro amigo. ¿Por qué? Porque nos habla como un amigo cercano, de igual a igual, en forma sencilla, con lenguaje directo, con ejemplos cotidianos; él quiere ayudarnos como lo hace un gran amigo. Habló para sanarnos, para darnos respuestas, para que comprendiéramos mejor nuestra existencia y así tengamos una vida mejor.

Jesús no andaba con vueltas y eso hacen los grandes amigos. Jesús era un buen tipo -y definirlo así no le quita para nada su condición de Hijo de Dios ni su divinidad, ni es una falta de respeto-. Porque en definitiva vino al mundo a hacerse uno de nosotros y a salvarnos desde acá, desde lo más cercano.  No nos iluminó desde un más allá lejano, inaccesible, inalcanzable, sino que vino a iluminarnos bien de cerca, haciéndose uno más de nosotros.

Más allá de nuestras creencias, de nuestra religión, él tiene algo importante que decirnos, a través de sus palabras de Vida que no son palabras que se llevará el viento, sino que fueron dichas para transformar al mundo y a cada uno de los que lo sigan escuchando, por los siglos de los siglos. Pasan y pasarán los años y seguiremos hablando de él. Porque la llegada de Jesús cambió al mundo.

“Esta es la luz de Cristo, yo la haré brillar”, cantamos en cada Pascua. Y no debería ser una canción más. Es un compromiso, en primera persona, nuestro sello distintivo, nuestra promesa de que vamos a llevar su luz a donde quiera que vayamos. 

COLUMNA "ENFOQUE JOVEN" - Periódico Diálogo Nº 239 - Mayo 2015

23 de mayo de 2015

Candidatos en campaña 2015: todos quieren parecer cercanos

 Considero, desde mi humilde visión, que, o hay poca creatividad en las campañas políticas o les vendieron el mismo formato a todos. Ahora, de repente, todos están cerca de la gente, todos nos quieren escuchar y por ejemplo, todos quieren "tomar unos mates" con nosotros. Me causa bastante gracia. 
 Cuando algo no es genuino, no se lo cree nadie. Por fortuna, ya nos nos venden cualquier buzón porque, creo, hemos crecido bastante en los últimos años.
 Serán vanos los intentos de querer copiar al Pepe Mujica o al Papa Francisco, por ejemplo. No hay marketing ni publicidad que nos haga comprar lo que no existe.  ¿O sí? Ya hemos padecido las consecuencias de candidatos o realidades infladas, y nos fue bastante mal.  Lo genuino es genuino y no hay vueltas. La sencillez y la humildad no se compran,  ni se arreglan con Photoshop. Todo se siente y se ve.
 De los políticos, espero que trabajen mucho más para poder comunicar sus propuestas, porque de tanto pensar los candidatos, y las idas y vueltas, me marean y no llego a entender claramente qué me proponen.

 Yo, por mi parte, prometo hacerme tiempo para leerlas o escucharlas con atención. También les pido que caminen durante los cuatro años, así se evitan esta maratón de año electoral que satura y que termina atocigando al pueblo. 
Porque los mates y el ejercicio de escucharnos, lo queremos hacer todos los días.

12 de mayo de 2015

EL PODER DE LOS SUEÑOS, DIEZ AÑOS DESPUÉS

 Un 7 de mayo de 2005 presentaba mi libro "Cuentos jóvenes para jóvenes" en el Aula Magna de mi querida Escuela Normal Rafael Obligado. No fue un día más en mi vida y por eso quiero recordarlo siempre. Estaba lleno de nervios, de ansiedad. Todo parecía un sueño loco. ¿Yo escritor? ¿Qué es eso? ¿Qué hago acá? La frase que más repetía en ese momento era “no entiendo nada”.  
 Al levantar la vista, desde la mesa en la que me encontraba, pude ver a mucha gente linda junta. Uno a uno iban llegando y tomando asiento. La familia, los amigos de ese momento. Los esperados y los inesperados. Las sorpresas. Los excompañeros y amigos de la escuela secundaria, promoción 2000. La gente de la Parroquia de Pompeya. Y tantos otros. La presencia de todos fue muy valiosa, sobre todo en aquellos tiempos sin Facebook, donde el boca en boca, hizo lo suyo. 
Para mi sorpresa también había rostros desconocidos, gente nueva que se iba sumando, porque querían saber de qué se trataba eso que había escrito.
Tenía 22 años, la edad del loco. Muchísimas ilusiones y muchísima incertidumbre y muchísimo miedo por el futuro. Pero también muchísimas ganas y alegría de vivir.
No quiero que este texto sea sólo para recordar y llenarme de nostalgia. Como recordar es volver a pasar por el corazón, hoy quiero recordar para agradecer y para reafirmar mi presente. Todo esto que viví sigue alimentándome hasta hoy: es mi combustible y me sigue dando fuerzas para seguir andando.  
 Acá estamos, diez años después. El sueño continúa. Cierro los ojos y pienso:¡cuánta gente y lugares conocí gracias a mis libritos! Diez años después, con las mismas ganas renovadas, aunque a veces amagaron con apagarse. Diez años después, rodeado de tantas personas lindas, llenas de luz. Gente, personas, fueguitos (diría Eduardo Galeano). Las de siempre y toda la vida, las que van y vienen y las nuevas que llegan para quedarse o tal vez no, pero acá están, a mi lado, hoy, alumbrando.
Pienso en todas las personas que, por cosas de la vida, ya no están tan cerca: les aseguro que no las olvido jamás y las llevo guardadas en el corazón, porque aprendí muchísimo junto a ustedes.  
 Y también están las ausencias, los que ya no están y duele y mucho, pero hoy siguen iluminando mi vida con todo lo que me dejaron y enseñaron. Trato de mantenerlas vivas, todos los días, en cada minuto que vivo.  
 Entre las ausencias de hoy, que estuvieron aquel día y que hoy son presencia fuerte y eterna están: Duilio Cámpora, el rector de la Escuela Normal. Me abrió generosamente las puertas del colegio que me vio crecer, un día sábado, para poder presentar mi sueño cumplido en forma de librito. Juan Carlos Pisano, mi guía y ejemplo a seguir,el camino y el puente hacia mi sueño cumplido. Llegó aquel día desde Buenos Aires para ayudarme a enfrentar todo lo que vendría, porque ese día no entendía qué pasaba realmente y qué hacía ahí presentando yo un libro. Y también estaba mi tía, “la tía Gina”, que significó mucho en mi vida, siendo una mezcla de abuela, de tía y de madre, todo junto. ¡Una tana inolvidable!  
 Mi sueño se hizo realidad aquel 7 de mayo y eso estuvo buenísimo. Me sentí en una montaña rusa de sensaciones. Una energía inmensa me inquietaba el cuerpo y el alma; una alegría me desbordaba y a la vez unas ganas locas me pedían que saliera  corriendo. Porque, debo confesar que es muy lindo cumplir un sueño, pero no es tan fácil. Cuando se cumplen, de repente, tienen un poder incontrolable que da miedo.
 Este 7 de mayo de 2015 me encuentra escribiendo esto y darme cuenta de que sigo escribiendo me llena de alegría, de emoción y de orgullo. Todas las piedras del camino logré superarlas pero sin olvidarlas jamás, porque las piedras y las heridas también enseñan algo. Todo lo malo vivido no logró opacar la hermosura de vivir.
 No ha sido ni es fácil: remar y seguir remando. Pero hoy renuevo mi compromiso con las ganas de soñar y de alimentar mi sueño, aunque cueste cada vez más y mucho.
Mientras escribo esto, en esta madrugada, mis dos libros de cuentos renovados, me miran desde el escritorio. Y no sé qué magia especial tienen, pero todavía siguen llegando a la gente.  
¡Cuántas manos me fueron dando todos! ¡Qué lindo poder decirlo! Esas manos que ayudan, que sostienen, que empujan y que levantan en las caídas. También las manos que alientan y aplauden a seguir por el camino loco de los sueños
¡Gracias infinitas a todos!, porque desde el más pequeño gesto al más grande, fue muy valioso para mí.
Gracias a Dios, sobre todas las cosas. Sin Él esto no habría pasado ni seguiría pasando.
 Aquel sábado a la tarde sonó, en el Aula Magna, una canción de Diego Torres que es mi himno de vida: "Deja que tus sueños sean olas que se van, libres como el viento, en mitad del mar. Creo que la vida es un tesoro sin igual, de los buenos tiempos, siempre quiero más".
Aquel sábado lo cerré leyendo uno de mis cuentos,“Pintores de la vida”, y hoy quiero que así sea, con un fragmento final:  “De pronto sonó el reloj de péndulo, que estaba a sus espaldas, devolviéndolo a la realidad. Había estado más de media hora meditando, de pie frente al lienzo, sin dar siquiera una pincelada. Y volviendo a su obra, al pincel y a la paleta,comenzó a pintar con los colores que más lo hacían feliz."

28 de abril de 2015

DIÁLOGO, COMPRENSIÓN Y ENCUENTRO

El diálogo nos enriquece. A través de él crecemos como personas al intercambiar nuestras miradas, formas de pensar u opiniones. El diálogo nos hace crecer cuando no es un mero intercambio de monólogos, en el que cada uno expone su opinión y, sin escuchar al otro, sigue su camino sin haberse transformado siquiera un poco.

Dialogar, entender y hacernos entender, es un buen comienzo; pero hay un paso superador: la comprensión. A través de ella me pongo verdaderamente en el lugar del otro para poder comprenderlo mejor, para interpretar que lo que me dice proviene de su realidad, de su visión, de su manera de pararse en la vida.  

Luego de comprender al otro viene la parte “de a dos”: la comprensión mutua. Llegamos a comprendernos mutuamente y a construir algo en conjunto, gracias a una nueva mirada, a una nueva realidad que nace y que ha superado cada una de nuestras individualidades. Allí comienza un camino duro, pero también hermoso que nos lleva a la construcción de algo que será nuevo, renovador y cargado de luz y esperanza.

Dialogamos, nos comprendemos, nos valoramos y así podemos avanzar por el camino que nos propongamos.
Comprendernos implica, entre otras cosas, valorarnos mutuamente, con respeto, y esto es algo mucho más importante que la simple tolerancia.

Vivimos días de mucha irritación, intolerancia, queja constante, incapacidad de escucharnos.  Es un buen momento para intentar dialogar y comprendernos, para unir nuestras miradas y fuerzas por el bien común. Seguir pensando que una superposición de monólogos es diálogo, no nos llevará a ninguna parte.

El Papa Francisco ha sido claro, planteándonos un nuevo concepto de mundo que no es sólo un juego de palabras bonitas: la cultura del encuentro.  Es un gran desafío el que tenemos por delante. Encontrarnos verdaderamente, superar nuestras diferencias, derribar el muro de la “globalización mundial de la indiferencia” parece hoy algo imposible.
Son momentos difíciles para la cultura del encuentro pero el desafío está planteado y debemos hacernos cargo. Debemos comprometernos y comenzar por nuestras acciones y gestos diarios.
La comprensión mutua es el paso inicial para hacer realidad, verdaderamente, la cultura del encuentro y trazar el camino hacia un urgente y necesario mundo mejor.


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Mi columna "Enfoque Joven". Periódico Diálogo. Nº 238. Abril 2015. 

11 de abril de 2015

¡FELIZ PASCUA!

Pascua es el paso de la muerte a la vida, de la oscuridad a la luz.  Que la luz de Jesús nos acompañe a lo largo de nuestro camino y de nuestras decisiones. 
Que esa luz sea nuestra guía y fortaleza, para atravesar nuestros momentos más oscuros y difíciles... y poder seguir adelante, buscando una vida mejor.


"Quien cree ve; ve con una luz que ilumina todo el trayecto del camino, porque llega a nosotros desde Cristo Resucitado, estrella de la mañana que no conoce ocaso". PAPA FRANCISCO




26 de marzo de 2015

¿Dónde está Dios?

De chico, cuando iba a catequesis, siempre me preguntaba si Dios se seguía manifestando en la actualidad, tal como sucedía en los textos de la Biblia.

Pasaron los años y fui haciéndome amigo de Jesús. Leyendo y releyendo sus parábolas, me di cuenta de que esas explicaciones sencillas, me ayudaban a encontrar muchas respuestas y a interpretar el mundo a través de ellas. Comprendí que lo divino, está en este mundo.  Sólo hay que entrenar la mirada y el corazón y alimentar cada día nuestra fe.

“¿Quién puede dudar de la existencia de Dios con semejante hermosura de paisaje?” – diría alguien durante algún viaje realizado. Si Dios había creado todo eso, no hacía falta cuestionar nada más.  La creación es el mejor mensaje de las maravillas que hizo y que puede hacer.

Más adelante, comprendí que Dios se manifiesta en todo lo que vivimos cada día. Y sólo llegamos a comprender las cosas, cuando el tiempo pasa, cuando nos detenemos a pensar en todo lo vivido. Cada dolorosa o hermosa experiencia, está allí para que sepamos ver y aprender algo.

Dios está presente también en cada persona que encontramos en el camino y con las cuales compartimos el tiempo. Ellos son nuestro prójimo. Comprender esto, me hizo ver más allá de todo y saber que cada persona está en mi vida por algo y que también, desaparece por algo.  Ya no tenía que esperar que me suceda como en la Biblia, que me hable una voz desde el cielo, porque Dios me hablaba todos los días a través de todas ellas.

¿Dónde está Dios? – nos preguntamos muchas veces. En los ojos del que sufre. Sí. Pero también en los ojos del que ríe y del que sueña.

Para verlo o sentirlo hay que alimentar cada día nuestra fe; preparar y poner el corazón, abrir los ojos de la mente, aceptar y creer.

Mientras escribo esto recuerdo algo que me pasó una noche: toda la vida había querido ver una estrella fugaz y jamás lo había logrado.  La estrella llegó, por fin, una noche que estaba muy angustiado y había decidido salir a caminar.

Dios se revela a sí mismo con gestos y palabras. Depende de nosotros querer verlo y escucharlo. Depende también de que decidamos, con firmeza, ir a su encuentro.

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Mi columna "Enfoque Joven". Periódico Diálogo. Nº 237. Marzo 2015. 



27 de enero de 2015

ESCRITO EN ENERO

 Me gusta enero porque las cosas suceden más lentas. La calma me permite ver un año lleno de oportunidades. Un nuevo año, un nuevo cuaderno lleno de hojas en blanco, para escribir lo que quiera en él.  
 Hay verano en el ambiente. El calor intenso de la tarde aplaca los corazones; es la hora de la siesta. San Nicolás, mi ciudad, tiene ese encanto que muy pocos pueden disfrutar: el vacío, el silencio, la calma de enero.
 Estoy escribiendo a mano, algo que he dejado de hacer a menudo. La mano se sorprende al tomar una lapicera en esta era del teclado. Estoy en el patio de mi casa y, cada tanto, levanto la vista para apreciar.  Corre una brisa caliente pero que, a estas horas, resulta una bendición. Hay un sol que raja la tierra, que ilumina todo con su poder y que hace arder la ciudad. Es el sol más poderoso, el del verano.
 En estos días, el tiempo tiene sabor a comienzo: días llenos de energía, de esperanza, de inquietud por lo nuevo que vendrá. Enero es ese mientras tanto, ese paréntesis de vida más lenta, de horas diferentes. Hay más silencio: aunque nos cuesta encontrarlo cada vez más, es muy necesario y tiene su encanto. En silencio podemos meditar, encontrar respuestas, cerrar heridas, apreciar detalles que pasamos por alto. 
 También podemos cerrar los ojos y escuchar los sonidos de la naturaleza que nos hablan. Un coche pasa por la calle, a muchos metros de mí, pero lo oigo romper el silencio en forma fugaz. Los motores de algunos aires acondicionados, se oyen a lo lejos. El canto de las calandrias, tan variable. El revoloteo de los gorriones. El sonido de las hojas de las plantas y árboles al moverse... se dejan acariciar por el viento y bailan al compás.
 La brisa de verano me acaricia la piel. Está bueno escribir a mano, aunque lo tenga pasar después. Está bueno experimentar ese trío genial entre la lapicera, el papel en blanco y yo. En estos tiempos, resulta una experiencia única, sublime, mágica. Escribir a mano es despojarse de todo estímulo visual: somos nosotros tres para crear un mundo de palabras en tinta azul.
 El compañero ¿inevitable?, el celular, está a mi lado. Por suerte ya no suena tanto. Me sirve para ver la hora y la fecha: casi las 3 de la tarde del 12 de enero de 2015. ¿Un celular que no suena? Claro. No es que no funcione. Sólo recibe mensajes y llamadas, y como hoy estamos en otra era, y los mensajes se mandan por otro lado, el mío ya no suena tanto, o mejor dicho, suena para las cosas más importantes.
 La televisión, estos días, se llena de móviles desde Mar del Plata o Carlos Paz. El Facebook, el otro medio preponderante, se llena de fotos compartidas que muestran como cada ser vive su vida y pasas sus horas de verano. Somos tan distintos e iguales ¿no?
 Las vacaciones son para escuchar el corazón, porque más adelante, cuando nos dedicamos a escribir nuestra vida, siempre tan apurados, lo vamos dejando de escuchar.
Pobre corazón. Ojalá podamos escucharlo más seguido porque siempre tiene razón.
Hoy aprovecho este enero, cierro los ojos, y entre la brisa cálida, el canto de los pájaros, el silencio de la siesta, lo dejo que hable.

Voy a ver qué me dice, qué me cuenta, en cada latido. 

21 de enero de 2015

UNA MUJER LASTIMADA

 Hoy me encontré con una mujer. Lloraba desconsolada en el cordón de una vereda. No tenía fuerzas ni para levantar su frente y poder mirarme a los ojos. 
- ¿Puedo ayudarte? - le dije asustado acercándome con cautela.
- Andáte, dejame sola - me dijo gritando de dolor.
- Pero, ¿qué te pasa? - insistí con mis palabras que no lograron tapar su profundo llanto.
- Es que me siento abandonada. Ya nadie piensa en mí. Entre tanta guerra de egos, entre tanto odio suelto, ya me es imposible seguir adelante. Si cada uno está tirando para su lado, si nadie piensa en unirse verdaderamente, estamos todos perdidos.Ya nadie piensa en mí - repitió.
- ¿Cómo te llamás?
- Argentina - me contestó ella levantando por fin la mirada.
 Las lágrimas celestes y blancas que rodaban por sus mejillas, se me clavaron una a una en el corazón.
 Y nos quedamos los dos en silencio, cruzando nuestras miradas, compartiendo la profunda decepción que existe en nuestras almas.
Yo intenté acercarle mi mano. Y sólo el cielo oscuro y sin estrellas, fue testigo de nuestra desolación.

AUTOR: Martín Gozdziewski (YO)

20 de enero de 2015

MÁS RESPONSABILIDAD EN EL USO DE "COMPARTIR" EN FACEBOOK.

 Es breve lo que quiero decir, pero creo que puede aplicarse a todo tipo de noticias o cosas que compartimos en Facebook. 
 La pregunta que me hago es esta: ¿somos conscientes de que lo que compartimos en Facebook, es una forma de difusión? Cuando algo nos gusta, lo compartimos, y eso construye, porque estamos compartiendo algo que nos gusta, que suma y que puede enriquecer a los demás.
 Ahora, bien ¿qué pasa cuando compartimos algo que nos indigna o consideramos una idiotez o incoherencia? ¿No le estamos dando más difusión a esa idiotez, mediocridad, incoherencia, etc. que expresa esa persona? ¿No lo hacemos crecer con nuestro "compartir"?
 Todos somos libres de compartir lo que deseamos, pero, pienso, estaría bueno tomar con más responsabilidad el botón/función "Compartir", que es una gran herramienta al alcance de todos.
 Se me vienen a la mente muchos ejemplos, pero cada uno tendrá el suyo. En estos momentos, pienso en la gente que ama a los animales y en lugar de una campaña o algo más creativo, comparte la foto de un animal muerto. O el que comparte una frase que considera indignante y de esa forma le da presencia en su muro, le da entidad, a alguien a quien detesta o con quien no comparte nada de sus pensamientos o forma de vida.
 Particularmente pienso, que al compartir una frase de alguien o algo que me indignó, le estoy dando más fama, más popularidad y más prensa.
 Queridos amigos y lectores, no seamos cómplices o difusores de la mediocridad, la falta de criterio o sencillamente de lo que consideramos una estupidez ajena.
Compartiendo bien, podemos construir cosas impresionantes y también crecer.