27 de junio de 2010

¡BUENAS ONDAS! POR UNA ARGENTINA MÁS POSITIVA.

Es la hora que ustedes quieran, en el lugar que imaginen:
- ¡Mozo! Un vaso con agua, por favor . Estoy muerto de sed.
Minutos después el mozo deposita el vaso en la mesa:
- Aquí tiene su vaso con agua, señor .
- Muchas Gracias.... (el hombre mira el vaso y se le borra la sonrisa amable). Pero... ¡este vaso está vacío!.. ¿Usted me está tomando el pelo? Si le pedí un vaso con agua es porque tengo sed
- Le acabo de dejar medio vaso con agua, señor. Perdone, no calculé exactamente.
- Discúlpeme, pero usted me está cargando. Me acaba de traer medio vaso vacío.
- Bueno, disculpe usted; empiece por tomar su medio vaso lleno y le traigo más.
- ¿Quién es usted para decirme lo que debo hacer? Me parece un poco soberbio de su parte.
- No; señor ... – respondió el mozo con una sonrisa nerviosa, sin poder creer lo que le estaba sucediendo.
- ¿Encima se ríe de mí?.
- No, para nada señor, sólo estamos hablando de un vaso con agua. Permiso, pero tengo que seguir atendiendo otras mesas. Y se alejó sonriendo.
- Se ve que le pagan bien acá para que ande con esa sonrisa. – murmuró para sí mismo.

El hombre murmuró algo relativo a que debía a que debía cobrar bien allí para andar con esa sonrisa y decidió beber un sorbo. De inmediato, enojado, llamó nuevamente al mozo. El mozo, con paciencia, volvió a acercarse.

- Medio vaso no es suficiente. Además, este vaso no es transparente.
- El diseño es artesanal con relieve... son los que usamos acá.
- Y el agua es asquerosa, seguramente es de la canilla. Mala, cada vez peor, como los servicios públicos. Este país es así, no cambia más. Dentro de poco vamos a morirnos todos intoxicados.
- Es agua mineral de primera marca ...
- ¿Cómo? ¡Yo no le pedí agua mineral! ¿Por qué no me trae de la canilla? ¡Claro! En este país, ya ni agua tenemos para tomar... es como le dije... para morirse intoxicados. Y ni que hablar de la inseguridad ya ni se puede caminar ...
- Bueno, disculpe, tengo que seguir con mi trabajo. Lo dejo con su vaso medio vacío. Yo seguiré pensando que lo traje un vaso medio lleno.

El mozo se alejó sonriendo y pensó: ¡Qué mala onda! Todo negativo. Uno más y van...
El hombre en la mesa pensó:
- Y a éste qué le pasa . Encima que hace mal su trabajo, sonríe. ¡Desubicado total!


Esta es una manera distinta de contar la diferencia entre los que perciben el vaso medio lleno o medio vacío. Y ver esa mala onda que reina en algunos ambientes.

Me gustaría publicar un aviso en el diario:
Se necesita como suma urgencia, gente con buena onda, con alegría, para conformar un escuadrón regalador de sonrisas, en forma gratuita.

En nuestro estado de ánimo influye muchísimo el entorno. No podemos aislarnos y envolvernos en una cápsula donde los demás no nos afecten. Es cierto que no todo es felicidad, y hay que saber vivir lo malo y lo bueno. Pero en estos días, todo parece ser negativo. Se está expandiendo el virus TMNB (Todo Mal, Nada Bien) y parece imposible detenerlo.

Se le puede echar la culpa de generar este clima a los medios. Pero la gente que se hace eco de ellos acrecienta los efectos de la situación. Los medios amplifican la violencia, la muerte, los escándalos y las malas noticias.
La sangre, el caos, los escándalos armados, la morbosidad y la muerte tienen más rating que las buenas noticias. Particularmente, ya tengo indigestión informativa. Necesito ponerme urgente a dieta y dejar de informarme por un tiempo, o dosificar la cantidad. Si sigo así, mirando noticieros o canales de noticias, me voy a descomponer mal.

Porque está la otra cara: el público que puede elegir el medio que desea consumir.
Encontrar una persona que sonría da para felicitarlo. Si alguien piensa que está todo mal y es incapaz de ver lo positivo, le costará salir adelante. Y el que tiene «mala onda», suele contagiarla a los demás.
Le damos poco lugar a celebrar lo bueno y a ver lo positivo. Deberíamos dedicar más tiempo a pensar –en este año tan especial del Bicentenario– las cosas lindas que tiene nuestro país del que, como joven, a pesar de todo, me siento orgulloso. De tanto criticar los errores no vemos todo lo hermoso que tenemos. Pensemos en positivo. Busquemos que siempre algo bueno debemos tener. ¡Basta de mala onda!
¡Que vivan los desubicados que sonríen!
Por favor, volvamos a sonreír.

COLUMNA DE JUNIO. Periódico "Diálogo". Nº 190.

9 de junio de 2010

LA LECTURA Y EL MÁGICO MUNDO DE LOS LIBROS

Leer. Leer para informarnos. Leer porque nos gusta. Leer para conocer el mundo. Leer para dar rienda suelta a la imaginación. Leer para estudiar y adquirir conocimientos. Leer para alimentar la mente y el espíritu...

En esta ocasión dedicaré mi columna a esa actividad que tanto me gusta que es la lectura. Como escritor he tenido la oportunidad de recorrer muchos colegios y siempre tocamos el tema de la lectura y los libros. Ya sea porque los docentes lo proponen o porque los mismos alumnos, de todas las edades, me hacen preguntas.

Los docentes hacen todo lo posible para incentivar la lectura. En este sentido la escuela tiene un rol importantísimo: brinda a los alumnos la posibilidad de descubrir libros y autores, despierta el gusto por la lectura y ejercita la capacidad de comprensión lectora.

Pero todo empieza por casa. No debemos olvidarnos de esa otra escuela que es el hogar. Al regresar de la escuela, la vida sigue. La motivación ante las cosas es algo que están perdiendo los chicos y los jóvenes de hoy. Los argentinos sabemos bien lo que es transmitir una pasión, sobre todo en lo que a fútbol se refiere. La pasión por los libros también se transmite, y si el sentimiento no llegara a ser fuerte como para ser pasión, aunque sea podemos motivar a la curiosidad de leer y luego esperar, a ver qué pasa, si germina o no, esa invitación a la lectura.

Me canso de escuchar esa frase que dice que “El nene no me lee”: salvo contadas excepciones es difícil que “el nene” lea si vive en una casa donde no hay contacto con los libros. Otra cuestión importante es buscar una lectura acorde al chico o elegir el libro adecuado para esa persona que tanto queremos. Estimular la lectura sólo en la escuela, de nada sirve, si en casa no se le da valor a los libros, o no hay nadie que le dedique un tiempo a la lectura.

De chico jamás me obligaron a leer. Simplemente veía a mi papá y a un tío, los domingos, pasar varias horas frente al diario, y eso me despertó la curiosidad: ¿Qué había allí para tenerlos atrapados tanto tiempo, frente a hojas de papel escritas? Mi madre siempre se llevaba un libro a la cama, para leer antes de dormir. El ejemplo me motivaba más que la obligación.

También fueron muy importantes los primeros contactos con los libros, esos que me compraban de chico o que sacaba de la biblioteca, esos libros que me invitaban a soñar, a vivir mil aventuras, con tanta fascinación que quería estar adentro del mismísimo cuento. Cada libro que abría era un mundo nuevo, un viaje, hacia los confines imaginarios.

A veces piensan que por el hecho de ser escritor me paso la vida encerrado escribiendo y leyendo todo tipo de cosas. Hay un tiempo para todo: para ver televisión, para leer, para escuchar música, para ver una película, para navegar por la web. Cada actividad tiene su encanto.

Otra de las cosas que digo en los colegios va dirigida a ustedes, los chicos, los jóvenes, los adolescentes: no hay manera de no leer, todo el tiempo estamos leyendo. La palabra escrita es una vía de comunicación y expresión y hasta ahora no hay otra que la reemplace. El lenguaje de la palabra escrita no es el mismo que el de las imágenes.
No se pierdan ese viaje impresionante que es la lectura: busquen y encontrarán ese libro que está esperando por ustedes, en algún lugar.

Leer nos permite imaginar, soñar, viajar. Leer es abrir la puerta hacia otras historias que nos permitirán conocer la nuestra propia, como si estuviéramos parados ante un espejo que desnuda nuestra alma.

Leer es también una actitud espiritual. Es una actividad de quietud, de concentración, que sólo requiere de la voluntad de entrar a otros mundos.

Un libro es una puerta abierta hacia mundos mágicos. Abrir un libro es entregarnos al viaje de la imaginación. Un libro nos da alas para volar.

Columna "Enfoque Joven". Abril 2010. Periódico Diálogo.(mensual de distribución gratuita) Nº188.