12 de diciembre de 2010

FINAL DEL AÑO

Se termina otro año, y esta es mi última columna del 2010. Uno dice Diciembre y ya suena a final, a balance, a pocas energías, a ganas de que lleguen las vacaciones para cargar las pilas.
Antes de sentarme a escribir, me dieron ganas de traerme bien cerca, sobre el escritorio, todos los “Diálogo” del año, que estaban guardados en el estante de mi ropero. Son once columnas, once meses que han quedado atrás. Por supuesto que ocurrieron muchas cosas en esos meses, y al recorrer con la mirada los títulos de cada columna, recuerdo el momento en que las escribí. Estoy contento: una de las cosas que más me hacen feliz es escribir y saber que se va un año más y he hecho lo que más gusta, me pone muy bien. Y después está todo lo demás. Las otras cosas, las excelentes, muy buenas, buenas, regulares y las malas. Pero lo importante es que puse mis ilusiones y energías en algo que me gusta y se concretó. Y eso es para celebrar.
Miro atentamente el logo del diario: Diálogo. Ojalá mis columnas y la de todos los que escribimos para el periódico, hayan despertado el diálogo, la reflexión, hayan motivado en algo, a esos miles de lectores que están en distintos rincones del país. Misión importantísima en los tiempos que corren. Un periódico hecho con el amor de todos y las ganas de transformar -aunque sea un poquito- la realidad.
Voy desde el último mes hasta el primero. Noviembre: “Jóvenes a soñar”. Yo siempre hablando de los sueños y de la importancia que tienen para ser felices. (...)“siguiendo la ruta que marcan nuestros sueños, nunca estaremos perdidos”, dije en esa nota. Octubre: “Madre”. Un cuento dedicado a las madres del mundo. Septiembre: “Primavera”. Siempre, esta estación me maravilla con su reverdecer, y su volver a florecer cada año. Agosto: “Un paseo por la juguetería”...reencuentro necesario con el niño que fuimos. Julio: “Señales en el camino”. Junio: “Buenas ondas. Por una Argentina más positiva”. Mayo: “25 de Mayo de 2010”. Abril: “La lectura y el mágico mundo de los libros”. Marzo: “La vuelta al cole”
Enero/Febrero: “El encuentro con uno mismo y la contemplación”.

Luego de esta recorrida por los títulos, y de perderme entre recuerdos y demás vuelos con la imaginación, llegué a Diciembre de 2009. No quería incluirla, pero no pude evitar releerla. En ese texto, hablaba de confrontación, pedía Paz. Me pone un poco triste que nada haya cambiado. Este año no sólo se intensificaron las confrontaciones sino que los escándalos ya están de moda y parece que van a quedarse entre nosotros como una manera de captar nuestra atención. Pero, a la vez, tengo la esperanza de que lo que veo en la televisión –cada vez más actitudes violentas y faltas de respeto – sólo sean televisivas y no estén presentes entre nosotros.
Quiero pedir paz nuevamente, pero no como un mensaje vacío usado para la Navidad y las tarjetas de fin de año. Pido por favor... basta de consumir escándalos, ¿Qué nos pasa? ¿Por qué nos atrae la confrontación, la pelea, el escándalo?. No dejemos que todo eso entre en nuestras casas y en nuestra vidas. Seamos inteligentes. No dejemos que se propague la violencia cualquiera sea su forma.
Pidamos paz pero construyéndola. Comencemos a marcar nuestros propios los límites sin esperar que vengan “desde afuera”. Hace unos años, en una revista leí un título que decía, algo así como, Sra, Sr, por favor, apague el televisor. Me pareció exagerado, pero estoy llegando a la conclusión de que son muchos los casos en que resulta una muy buena opción. Y lo digo como una persona que se la pasó atento en exceso a lo que sucedía en la televisión y los medios.
La paz la tenemos que alcanzar entre todos, construirla día a día y que no sea sólo un bonito deseo de cierre de año. Lo más importante es la tolerancia a lo diferente, para evitar la violencia. Y siempre, a cada paso, sembrar la paz, la verdadera.
¡Gracias lectores por estar allí!
¡Gracias María Inés y Juan Carlos, por darme libertad y espacio para expresar mi mirada joven!
¡Feliz Navidad! ¡Feliz nacimiento de Jesús niño en nuestros corazones! ¡Feliz 2011 construyendo la paz!

Columna del Periódico Diálogo. Diciembre 2010.

29 de noviembre de 2010

DÍAS INOLVIDABLES EN NELSON

Esta vez mis libros me llevaron hacia Nelson, un pequeño pueblo ubicado a unos 40 kilómetros de la ciudad de Santa Fe.
La vida tiene por suerte, estas cosas impredecibles, sorpresivas y mágicas. Esta vez aparecí en un pueblo que no conocía, pero desde el momento en que bajé del micro, al costado de la ruta, sentí que algo emocionante estaba por suceder.
Hace unos años pude cumplir uno de mis sueños, el de publicar un libro, y ahora me toca transmitir eso, compartir mis cuentos e invitar a todos a soñar, a pelear por aquello que se quiere alcanzar. Siempre y aunque cueste.
Las cosas mágicas son así, sorpresivas, increíbles, inesperadas. Nora y Patricia, me esperaron al bajar del micro, para llevarme directamente hacia el Colegio San José. En ese momento no sabía, que al irme de Nelson, ya no sería el mismo.
En ese Colegio se hace, desde hace años, la Feria del Libro y esta era la número quince. La feria está hecha con mucho amor y sacrificio y eso se nota y se siente. Todo lo que se hace con amor sale bien y siempre es exitoso. Nora, la bibliotecaria, había organizado todo para que yo pudiera estar allí, en ese pueblo de película, para poder compartir lo que hago con todos los alumnos. El gran desafío, era ese todos, sin importar la edad. La mañana y la tarde del jueves, estuvimos charlando con 1ero, 2do, 3ero, 4to, 5to, 6to y 7mo, en un salón que está pegado a la cancha del colegio, frente a la plaza. Este salón antes era una iglesia – me comentaron las seños. Me escucharon, los escuché. Hablamos. Preguntaron y respondí. Les leí cuentos. Hicimos volar un poco la imaginación.

Para el viaje me compré un cuadernito nuevo con hojas rayadas. A la ida se rompió el micro en el que viajaba hasta Santa Fe y nos retrasamos bastante. Fueron siete horas para llegar, pero por primera vez, no estuve impaciente. “Si tenemos claro a dónde vamos, nada podrá detenernos”, escribí en el cuadernito, mientras esperábamos que el chofer nos explicara qué había pasado con el motor.
Si bien he recorrido muchos colegios y ferias desde 2005 hasta hoy, nunca antes había hecho ambas cosas: dar charlas y quedarme en la Feria. Nelson me dio la oportunidad de ver qué sucede, cuando terminan mis charlas.
Al llegar al pueblo, pasó algo misterioso: mi apellido había cambiado. Todos esperaban a un tal Martín Goz, y ese... ¡era yo!
Las cosas fueron sucediendo sin querer, pero a la vez parecía que ya estaban escritas de antemano. Todo me parecía una película y me costaba pensarme como el protagonista.
El día viernes, siguieron los desafíos. Conocí el Colegio Secundario, el Simón Bolívar, y con los alumnos y profesores hablamos sobre la Receta para ser Joven, incluida en mi segundo libro. Armamos entre todos una receta propia, con los ingredientes que los jóvenes de Nelson fueron aportando.
Y de las charlas, pasaba a la mesita que me habían armado en la feria, donde los esperaba junto a mis dos libros. Allí recibí tanto cariño, por parte de chicos y grandes, que me desbordó. Y todo lo vivido lo voy a guardar por siempre en mi mente y en mi corazón, para cuando necesite combustible para seguir adelante.
Nunca olvidaré esos días en Nelson. Fue una gran señal que me dijo, seguí adelante, seguí escribiendo. El cuadernito que llevé para tomar notas e ideas, se fue llenando con mensajes de los chicos y grandes, deseándome lo mejor y agradeciendo mi visita.
Sin duda, muy pronto, llegará un cuento, sobre un pequeño y hermoso pueblo, que tiene una feria en una escuela, y que culmina con una fiesta llamada “la velada”. Una Feria llena de amor y dedicación, de alegría y baile, llena de momentos lindos compartidos por los habitantes de Nelson.
La mañana de sábado en que emprendí el regreso, me levanté muy temprano. Salí del Hotel Florida y di una vuelta a la manzana. El día estaba hermoso, el sol brillaba en lo alto y el pueblo comenzaba a despertarse. Algunas señoras barrían las veredas. Pasaba algún que otro auto y alguna moto, pero muchas, muchas bicicletas.
A las nueve de la mañana, en la esquina del Hotel Florida, Martín Goz se subió a un Llambi para comenzar a emprender su regreso. Antes de subirse al colectivo una señora que pasaba en bicicleta, lo saludó y le gritó: ¡Suerte!
La primera parada era Santa Fe. En el micro cerró los ojos y cuando los volvió a abrir, había una alumna del Colegio San José que lo saludó con una sonrisa. Allí comprobó que todo había sido real.
A las tres de la tarde, con su bolso y sus libros, llegó a San Nicolás. Nadie sabía aún, que desde ese día en adelante ya no sería el mismo, porque en Nelson, había nacido, Martín Goz.

(Nelson, Prov. de Santa Fe, Argentina. 11 y 12 de Noviembre. 2010)

7 de noviembre de 2010

JÓVENES ... ¡A SOÑAR!

¿Qué mensaje le darías a los jóvenes? – me preguntó hace un tiempo un adolescente, entre tantas otras preguntas, durante mi visita a un colegio.
Aquel día en el aula, ante la mirada de chicas y chicos, adolescentes todos, contesté que todo es posible, que siempre hay una salida, y que las cosas importantes se logran con esfuerzo.
Así dichas, parecen frases armadas: si las hubiera leído o escuchado a esa edad, hubiera pensado eso. Pero no son frases armadas: nacen de experiencias vividas, son parte de mi realidad y las quiero compartir.
¿Qué le diría yo, con mis veintiocho años a los jóvenes? En realidad, se lo diría a todo el mundo, sin importar la edad, pero voy a pensar en ellos, nuestro futuro más cercano.
Si miro hacia atrás, pienso que lo más importante son los sueños. Ellos nos hablan siempre, desde el corazón, y está en cada uno hacerles caso o, de lo contrario, desoírlos o acallarlos.
Tener sueños da sentido a nuestra vida. La mayoría de las veces parecen imposibles o inalcanzables, y otras veces son tan pequeños que no les prestamos atención.
Los sueños se hacen realidad. Pero no hay pases mágicos, ni se cumplen de la noche a la mañana. De chico soñaba con ser escritor, o mejor dicho, no sabía ni lo que era ser escritor, pero soñaba con escribir algo que le guste al que lo lea, y que ese alguien me diga, qué bueno, qué lindo, lo que escribiste. Y eso que soñaba, ese sueño, tenía una fuerza incontenible. Quería escribir, pero no podía soñar con ser escritor porque eso, parecía algo lejano, inalcanzable. Me gustaba escribir y escribía para mí, con cierto pudor a compartirlo con los demás. Con el paso del tiempo aprendería que soñar es mucho más lindo, si se comparte con los demás.
Podemos concretar nuestros sueños y hacer posible lo imposible. También podremos llamarlos metas. Lo importante es actuar, hacernos cargo de nuestros sueños, que son las brújulas de nuestro corazón. Y esforzarnos, lo más que podamos, porque a nuestros sueños, hay que defenderlos y tratar de hacerlos realidad.
Hay que hacerle caso al corazón y escuchar a aquellas personas que nos quieren bien. Porque en definitiva, tarde o temprano, esos sueños acallados, ese corazón que no escuchamos, en algún momento gritará todos sus sueños contenidos y no cumplidos.
Tener sueños, nos traerá felicidad, porque, más allá de lo doloroso que tenga la vida, tendremos una razón para vivir. Cada mañana al despertar tendremos mucha más fuerza, sabiendo que están nuestros sueños, motivándonos a vivir. Ese es el poder de soñar.Y por las noches nuestros sueños descansarán y brillarán en las estrellas. Siguiendo la ruta que marcan nuestros sueños, nunca estaremos perdidos.

COLUMNA PERIÓDICO DIALOGO. NOVIEMBRE 2010.

22 de septiembre de 2010

PRIMAVERA

Por fin, había llegado la primavera. El pequeño capullo había aguardado durante mucho tiempo aquel instante, y finalmente pudo desplegar sus pétalos al sol. Era el momento más esperado, el más importante, el de convertirse en flor. Se conmovió en cuanto comenzó a sentir por primera vez, los rayos del sol que se proyectaban sobre ella acariciándola, llenándola de luz. Y se sintió más feliz que nunca, bajo el sol radiante de septiembre.

El círculo luminoso de luz y calor, allá en lo alto, iba recuperando, poco a poco, su poder en la zona donde le había tocado nacer a este capullo. El planeta Tierra, en su acostumbrada rotación, había dejado, durante unos meses, que el invierno hiciese su fría tarea por esos parajes. Pero ya había cesado ese tiempo de rayos que llegaban débiles y había llegado la hora, en la que, una vez más, comenzaba a calentar de manera diferente al globo terráqueo, y su calor aumentaba día a día hasta la llegada del verano, estación en que se sentía su ardor con toda su fuerza.

La flor era de color blanco y de una belleza admirable. Atrás habían quedado los días de espera en el capullo. Estaba muy contenta, con el sabor de la misión cumplida, orgullosa de sí misma y sintiéndose única. Disfrutó mucho la felicidad de na-cer, aunque llegó un momento en el que se sintió sola; tan sola que se entristeció. Y así pasó toda una noche de primavera.

Al amanecer del día siguiente, su tristeza se esfumó. La angustia la había llevado a mirar a su alrededor para buscar algo que la hiciera feliz. Logró darse cuenta de que en realidad, no estaba tan sola. La primavera había llegado para todos, pero ella no sabía de la existencia de esos todos llamados los demás. Había nacido como una flor bella, bellísima, y ahora sabía que podía ser vista y admirada por el mundo. Y algo mucho mejor: ella también podría ver y admirar el mundo que la rodeaba y formaba parte de su vida de flor.
Lo primero que vio fue un parque inmenso y verde, muy verde. Después vio a muchos seres llamados personas; algunas estaban sentadas junto al lago y otras formaban grupos dispersos por allí. También vio algunas que pasaban caminando junto a ella. Charlaban, reían, cantaban. Y no se sintió tan sola como antes.

Su sorpresa mayor al notar que muy cerquita, había otras flores idénticas a ella. Se quedó observándolas detenidamente, muy asombrada mientras ellas hablaban entre sí.
Cuando se percataron de su existencia, cesaron de hablar y una a una se fueron girando para mirar a la nueva flor que había llegado al mundo, en aquel día de primavera.
–Sos una nueva margarita. ¡Bienvenida!– le dijeron las flores al unísono.
La nueva flor blanca no contestó. Se había quedado muda del asombro. No le gustó para nada la idea de no ser la única. Y para colmo se había dado cuenta de que formaba parte de una gran planta.
–¿Estás contenta, no?– le preguntaron insistentes, las otras margaritas, al ver que la nueva seguía en silencio. Y continuaron diciéndole:
–En primavera todas compartimos la alegría de nacer juntas.

La nueva flor fue integrándose de poco a la nueva realidad. Comenzó a hablar y, para el final del día, había olvidado su enojo. Le pareció hermoso compartir la primavera y saber que no estaba sola. Y se alegró mucho más cuando se enteró de que durante esa estación llamada primavera, miles de flores de toda la región compartían la alegría de nacer y mostrarse al mundo.

Mientras, en el parque, cientos de jóvenes celebraban la llegada de la primavera desbordantes de alegría. Y más allá del parque, en la ciudad, miles de personas celebraban, de alguna manera, la llegada de la estación de las flores y el color.

Durante la tarde la planta de margarita, le contó a sus flores, cuánto le había costado reverdecer.
–Fue un invierno crudísimo… me salvé de milagro.
Y les explicó que lo más importante estaba en las raíces fuertes que ella tenía, que sin ellas no estarían allí, adornando el parque. Ni la más cruda helada, ni el más fuerte de los vientos habían podido con ella. Y allí estaba, nuevamente verde, llena de flores, renaciendo con la primavera. Porque a pesar de todo lo vivido, era posible reverdecer.

¡Eran tan importantes las raíces, aunque no se vieran y estuvieran ocultas! Por eso entre todas las flores y la planta, le hicieron una gran reverencia y gritaron su agradecimiento a las raíces que estaban allí, debajo de la tierra.

La nueva flor estaba muy sorprendida.
¡Cuánto había aprendido ese día! ¡Cuánto había crecido! ¡Florecer no había dependido sólo de ella! Al compartir con las demás y con su hermosa planta pudo entenderse así misma, incluso había descubierto una gran cosa: ya no era una flor blanca, simplemente. Ahora sabía que era de la especie de las margaritas y eso la llenaba de orgullo.

–¡Jamás hubiera sabido quien soy sin ustedes!– les dijo a las demás flores, muy pero muy entusiasmada.

En el parque, los jóvenes seguían celebrando la llegada de la primavera.
Cantaban, escuchaban música, y bailaban sin parar. Y las flores de la región celebraban alegres su nacimiento al mundo, con todo su esplendor. Y en ese mismo instante, una joven mujer salía a su balcón a apreciar sus plantas reverdecidas y llenas de flores, y en ese mismo instante un hombre regaba su jardín florido, y sonreía en su jardín reverdecido. Y en ese mismo instante, un niño se maravillaba, sintiendo por primera vez el aroma de una rosa.
Los días de invierno, de frío, de quietud, de descanso y refugio, habían quedado atrás. El sol sonreía luminoso en el cielo sin nubes, deslumbrado por los colores que las flores le daban al mundo. ¡Cómo no iba a sonreír y a ser feliz! ¡Era testigo de una explosión mágica de color! Todos lo vieron ese día… El sol sonrió más luminoso que nunca porque, por fin, había llegado la primavera.

PERIÓDICO DIÁLOGO. Mensual gratuito. Año XVII. Nº 193. Septiembre 2010. Capital Federal.

12 de septiembre de 2010

SEÑALES EN EL CAMINO

Las señales siempre están, existen, a pesar de que la mayoría de las veces no les prestemos atención o de que las pasemos por alto. Con esa oración inicial mi columna de este mes parece hacer referencia a la seguridad vial o a nuestra actitud ante las señales de tránsito. Pero no es así.
En esta ocasión quiero hablarles de las otras señales, esas que también avisan, indican y van marcando un camino, una ruta llamada vida.
En un momento de mi vida aprendí que Dios nos habla, y que envía señales todo el tiempo para indicarnos su presencia. Esto no quiere decir que tenemos que estar esperando señales todo el tiempo y pensando cada cosa como si tuviera un significado oculto, pero si, estar atentos a lo que nos pasa. Dios nos habla a través de esas cosas que parecen sucedernos porque sí, y también, y sobre todo, a través de las personas que nos rodean.
A veces no entendemos el porqué o no encontramos explicación a cada cosa que nos ocurre. Pero todo tiene un porqué, tanto lo bueno como lo malo que vivimos. He comprobado que incluso, hasta los sufrimientos, tienen una explicación y siempre termina resultando para mejor. Porque Dios quiere siempre lo mejor para nosotros.
Por supuesto, somos seres limitados, y excede nuestra capacidad el saber leer o interpretar esas señales en el momento en que nos llegan. La mayoría de las veces estamos desatentos, entretenidos en nuestro vivir diario u ocupados, sin darnos un tiempo para pensar qué es lo que van marcando esas señales en nuestro camino.
Por ejemplo, el que yo esté hablando de este tema no es casualidad; recibí algunas señales que supe descifrar a tiempo. Y el que estés leyéndolo tampoco es casualidad. Nada sucede porque sí.
Lo primero que me sucedió fue que, a través de varias personas, me llegó una idea repetida: que las enfermedades no son simplemente enfermedades sino que también son señales de nuestro cuerpo para avisarnos que algo anda mal o que algo estamos haciendo mal. A partir de allí, comencé a tomar a las enfermedades como un aviso. Ante la enfermedad tendemos a buscar el remedio y punto, pero no a preguntarnos el porqué de esa enfermedad. Si bien algunas no podemos controlarlas ni saber sus causas, en su mayoría están provocadas, lamentablemente, por nosotros mismos.
Descifrando las señales que nos da nuestro cuerpo podremos saber si llevamos o no una buena vida. Y a partir de eso podemos repensar nuestro modo de vivir.
Otra cosa que me sucedió fue pensar a los silencios o las ausencias como señales. Muchas veces ocurre que nos enojamos con la gente que parece no expresar nada, tildándolos de fríos, pero hay algo en esos silencios por descifrar. Y también las ausencias comunican algo. Nadie calla ni desaparece porque sí. Seguramente nos dio alguna señal con anticipación y no nos supimos darnos cuenta.
Por supuesto también están las señales de las personas que nos rodean, dándonos muestras diarias de amor y cariño, señales constantes que indican que nos quieren mucho y que dicen “aquí estoy, a tu lado, acompañándote”.
Luego de incorporar esa noción de enfermedad como señal o aviso, tuve que afrontar un momento personal y familiar muy difícil. Cuando todo pasó, entendí el porqué de todo eso que atravesé y atravesamos, y llegué a darme cuenta que realmente tuvo un significado. Y aprendí algo que dejó huella para siempre.
Las pruebas o momentos duros de nuestra vida, casi extinguen nuestras fuerzas, parecen vencernos, pero finalmente las superamos, tomando conciencia de que llegaron en el momento justo, para señalarnos y enseñarnos algo valioso.
Las señales en el camino de la vida no están colgadas en carteles o en lugares obvios y resaltadas para que las veamos a simple vista. Nos sorprenden y llegan en el lugar y el momento menos pensados y sólo hay que estar con los ojos bien abiertos y el corazón bien dispuesto para recibirlas.

Hace poco, viví algo mágico, algo increíble. Durante esos días duros que pasé, volvía caminando y angustiado bajo el cielo de una noche fría. Jamás había visto algo así, aunque para algunos es algo común. Miré hacia un árbol gigante que hay cerca de mi casa. Llamó mi atención porque lo habían podado totalmente y sin querer, en ese instante vi una estrella fugaz cruzando el cielo. ¡Me emocioné tanto! Esa estrella me sacó de mí, de mis pensamientos y de mi angustia y me hizo sentir que la magia aún es posible y que una luz siempre brilla para nosotros.

Suelo pensar que nuestra vida ya está escrita y que si bien la podemos modificar con nuestras acciones y decisiones, Dios sabe en qué momento sucederá cada cosa, con un porqué que Él, sabe muy, pero muy bien. Porque Dios, el autor de todo lo creado, tiene escrito el libro de nuestra vida y lo sabe de memoria.

Las señales están para ayudarnos a distinguir una cosa de otra. Mientras escribo esto, recuerdo un día, en el que estaba repartiendo volantes de mis libros, entre una gran muchedumbre. Y de repente me senté, muy cansado, en un banquito, y pensé: No sé si esto que estoy haciendo valdrá la pena. Y en ese instante se acercó una señora que me sorprendió diciéndome: - “Qué lindo volante me diste, me gusta mucho lo que dice, seguí así, adelante, que te va a ir muy bien”. Después de eso me saludó y se fue sin que pudiera decir más que, gracias. Me quedé paralizado ante semejante señal.
Y también puedo contarles que, antes de comenzar a escribir esto, me llegó un mail bajo el título: “nadie se cruza por casualidad” y dice, entre otras cosas, que por algo llegan algunas personas a nuestras vidas, que por algo permanecen y que por algo en algún momento se van.
Está todo dicho. Aquí pongo una señal que dice FIN. Atento a las señales en tu camino. Paso a paso, descifrándolas encontrarás muchas respuestas. Y encontrar respuestas te traerá felicidad. ¡Hasta la próxima señal!

(Columna del mes de Julio 2010 en el Periódico Diálogo)

26 de agosto de 2010

EL HOMBRE Y EL MAR.

No soy muy amante de la poesía pero en estos últimos tiempos estuve amigándome. Comparto con ustedes un poema de Baudelaire, dedicado al mar, que me gusta muchísimo y cada vez que me paro frente al mar, se me aparecen frases.
---------------------------------------------------------------------

EL HOMBRE Y EL MAR

¡Hombre libre, siempre adorarás el mar!

El mar es tu espejo; contemplas tu alma
En el desarrollo infinito de su oleaje,
Y tu espíritu no es un abismo menos amargo.

Te complaces hundiéndote en el seno de tu imagen;
La abarcas con ojos y brazos, y tu corazón
Se distrae algunas veces de su propio rumor
Al ruido de esta queja indomable y salvaje.

Ambos sois tenebrosos y discretos:
Hombre, nadie ha sondeado el fondo de tus abismos,
¡Oh, mar, nadie conoce tus tesoros íntimos,
Tan celosos sois de guardar vuestros secretos!

Y empero, he aquí los siglos innúmeros
En que os combatís sin piedad ni remordimiento,
Tanto amáis la carnicería y la muerte,
¡Oh, luchadores eternos, oh, hermanos implacables!

CHARLES BAUDELAIRE (1821 - 1867)

18 de julio de 2010

DIA DEL AMIGO

¡Hola a todos! ¿Cómo están?¡Con mucho frío seguramente! En esta ocasión, por primera vez, comparto un texto de otro autor. Llega el día del amigo, lo leí y sinceramente me encantó. Expresa mucho de lo que venía pensando...

El autor es Juan Carlos Pisano, autor de Capital Federal y mi amigo. También es el Director del Periódico Diálogo, en el cual tengo la columna "Enfoque Joven", que comparto con ustedes cada mes, en este blog. Algunos lo conocen como "el hombre de Buenos Aires que me ayudó a publicar mi 1er libro". :)

Este texto está publicado en la Edición de Julio 2010. Espero que les guste...

Tengan todos.. ¡Feliz día de la amistad!


Día del amigo --------por Juan Carlos Pisano

La amistad es uno de los sentimientos más hondos que puede experimentar el ser humano. Es un don gratuito, que se da y se recibe sin ningún interés de por medio y, por eso, nos hace más plenos pues es una muy especial dimensión del amor.
La amistad ennoblece, hace crecer y permite salir de uno mismo para darse al otro. La amistad es creativa y creadora y es signo de una madurez que se adquiere paulatinamente en el camino que se transita compartiendo una sonrisa o sobrellevando el dolor. La amistad, es sinónimo de confianza y de entrega sin concesiones que permite disfrutar en los momentos de luz y tiene fe cuando no se ve tan claro.
Nada de esto se da mágicamente y requiere algunas condiciones; en la amistad hay que saber «esperar» al amigo, sin «apurarlo» para que tenga determinadas reacciones o para que responda de la manera esperada. Hay que confiar aunque las circunstancias parezcan decir lo contrario. Exige aprender a respetar el silencio y disfrutar los encuentros aunque no estén «llenos» de actividades. También se debe tener en cuenta que hay tiempos personales y se debe aceptar la intimidad individual de cada uno y «soportar» pacientemente que, en la amis-tad, hay luces y sombras. Así, se puede construir una amistad duradera, perdurable e indestructible.
La transparencia de la amistad, permite pensar en voz alta y «darse la espalda». Los amigos, logran erradicar los prejuicios que vician las relaciones humanas y eliminan de sus códigos las «suspicacias» y las dobles intenciones; hay momentos de enojo, pero no se dejan llevar por la ira o por la «bronca» y siempre piensan bien del otro con franqueza y honestidad.
Los que caminan juntos, se saben esperar para seguir adelante con el mismo paso y se detienen frente a los obstáculos, para ver más cla-ro. Se dan ese empujón necesario en el momento oportuno, cuando el otro está por «bajar los brazos». Si marchan «de la mano» llegarán muy lejos porque así no se cansarán.
La amistad es un remanso de paz. Los amigos transmiten equilibrio y se convierten en escuela de sensatez; tienen sus oídos dispuestos, son comprensivos, saben escuchar con su corazón, y están abiertos en todo momento porque saben ponerse en el lugar del otro.

27 de junio de 2010

¡BUENAS ONDAS! POR UNA ARGENTINA MÁS POSITIVA.

Es la hora que ustedes quieran, en el lugar que imaginen:
- ¡Mozo! Un vaso con agua, por favor . Estoy muerto de sed.
Minutos después el mozo deposita el vaso en la mesa:
- Aquí tiene su vaso con agua, señor .
- Muchas Gracias.... (el hombre mira el vaso y se le borra la sonrisa amable). Pero... ¡este vaso está vacío!.. ¿Usted me está tomando el pelo? Si le pedí un vaso con agua es porque tengo sed
- Le acabo de dejar medio vaso con agua, señor. Perdone, no calculé exactamente.
- Discúlpeme, pero usted me está cargando. Me acaba de traer medio vaso vacío.
- Bueno, disculpe usted; empiece por tomar su medio vaso lleno y le traigo más.
- ¿Quién es usted para decirme lo que debo hacer? Me parece un poco soberbio de su parte.
- No; señor ... – respondió el mozo con una sonrisa nerviosa, sin poder creer lo que le estaba sucediendo.
- ¿Encima se ríe de mí?.
- No, para nada señor, sólo estamos hablando de un vaso con agua. Permiso, pero tengo que seguir atendiendo otras mesas. Y se alejó sonriendo.
- Se ve que le pagan bien acá para que ande con esa sonrisa. – murmuró para sí mismo.

El hombre murmuró algo relativo a que debía a que debía cobrar bien allí para andar con esa sonrisa y decidió beber un sorbo. De inmediato, enojado, llamó nuevamente al mozo. El mozo, con paciencia, volvió a acercarse.

- Medio vaso no es suficiente. Además, este vaso no es transparente.
- El diseño es artesanal con relieve... son los que usamos acá.
- Y el agua es asquerosa, seguramente es de la canilla. Mala, cada vez peor, como los servicios públicos. Este país es así, no cambia más. Dentro de poco vamos a morirnos todos intoxicados.
- Es agua mineral de primera marca ...
- ¿Cómo? ¡Yo no le pedí agua mineral! ¿Por qué no me trae de la canilla? ¡Claro! En este país, ya ni agua tenemos para tomar... es como le dije... para morirse intoxicados. Y ni que hablar de la inseguridad ya ni se puede caminar ...
- Bueno, disculpe, tengo que seguir con mi trabajo. Lo dejo con su vaso medio vacío. Yo seguiré pensando que lo traje un vaso medio lleno.

El mozo se alejó sonriendo y pensó: ¡Qué mala onda! Todo negativo. Uno más y van...
El hombre en la mesa pensó:
- Y a éste qué le pasa . Encima que hace mal su trabajo, sonríe. ¡Desubicado total!


Esta es una manera distinta de contar la diferencia entre los que perciben el vaso medio lleno o medio vacío. Y ver esa mala onda que reina en algunos ambientes.

Me gustaría publicar un aviso en el diario:
Se necesita como suma urgencia, gente con buena onda, con alegría, para conformar un escuadrón regalador de sonrisas, en forma gratuita.

En nuestro estado de ánimo influye muchísimo el entorno. No podemos aislarnos y envolvernos en una cápsula donde los demás no nos afecten. Es cierto que no todo es felicidad, y hay que saber vivir lo malo y lo bueno. Pero en estos días, todo parece ser negativo. Se está expandiendo el virus TMNB (Todo Mal, Nada Bien) y parece imposible detenerlo.

Se le puede echar la culpa de generar este clima a los medios. Pero la gente que se hace eco de ellos acrecienta los efectos de la situación. Los medios amplifican la violencia, la muerte, los escándalos y las malas noticias.
La sangre, el caos, los escándalos armados, la morbosidad y la muerte tienen más rating que las buenas noticias. Particularmente, ya tengo indigestión informativa. Necesito ponerme urgente a dieta y dejar de informarme por un tiempo, o dosificar la cantidad. Si sigo así, mirando noticieros o canales de noticias, me voy a descomponer mal.

Porque está la otra cara: el público que puede elegir el medio que desea consumir.
Encontrar una persona que sonría da para felicitarlo. Si alguien piensa que está todo mal y es incapaz de ver lo positivo, le costará salir adelante. Y el que tiene «mala onda», suele contagiarla a los demás.
Le damos poco lugar a celebrar lo bueno y a ver lo positivo. Deberíamos dedicar más tiempo a pensar –en este año tan especial del Bicentenario– las cosas lindas que tiene nuestro país del que, como joven, a pesar de todo, me siento orgulloso. De tanto criticar los errores no vemos todo lo hermoso que tenemos. Pensemos en positivo. Busquemos que siempre algo bueno debemos tener. ¡Basta de mala onda!
¡Que vivan los desubicados que sonríen!
Por favor, volvamos a sonreír.

COLUMNA DE JUNIO. Periódico "Diálogo". Nº 190.

9 de junio de 2010

LA LECTURA Y EL MÁGICO MUNDO DE LOS LIBROS

Leer. Leer para informarnos. Leer porque nos gusta. Leer para conocer el mundo. Leer para dar rienda suelta a la imaginación. Leer para estudiar y adquirir conocimientos. Leer para alimentar la mente y el espíritu...

En esta ocasión dedicaré mi columna a esa actividad que tanto me gusta que es la lectura. Como escritor he tenido la oportunidad de recorrer muchos colegios y siempre tocamos el tema de la lectura y los libros. Ya sea porque los docentes lo proponen o porque los mismos alumnos, de todas las edades, me hacen preguntas.

Los docentes hacen todo lo posible para incentivar la lectura. En este sentido la escuela tiene un rol importantísimo: brinda a los alumnos la posibilidad de descubrir libros y autores, despierta el gusto por la lectura y ejercita la capacidad de comprensión lectora.

Pero todo empieza por casa. No debemos olvidarnos de esa otra escuela que es el hogar. Al regresar de la escuela, la vida sigue. La motivación ante las cosas es algo que están perdiendo los chicos y los jóvenes de hoy. Los argentinos sabemos bien lo que es transmitir una pasión, sobre todo en lo que a fútbol se refiere. La pasión por los libros también se transmite, y si el sentimiento no llegara a ser fuerte como para ser pasión, aunque sea podemos motivar a la curiosidad de leer y luego esperar, a ver qué pasa, si germina o no, esa invitación a la lectura.

Me canso de escuchar esa frase que dice que “El nene no me lee”: salvo contadas excepciones es difícil que “el nene” lea si vive en una casa donde no hay contacto con los libros. Otra cuestión importante es buscar una lectura acorde al chico o elegir el libro adecuado para esa persona que tanto queremos. Estimular la lectura sólo en la escuela, de nada sirve, si en casa no se le da valor a los libros, o no hay nadie que le dedique un tiempo a la lectura.

De chico jamás me obligaron a leer. Simplemente veía a mi papá y a un tío, los domingos, pasar varias horas frente al diario, y eso me despertó la curiosidad: ¿Qué había allí para tenerlos atrapados tanto tiempo, frente a hojas de papel escritas? Mi madre siempre se llevaba un libro a la cama, para leer antes de dormir. El ejemplo me motivaba más que la obligación.

También fueron muy importantes los primeros contactos con los libros, esos que me compraban de chico o que sacaba de la biblioteca, esos libros que me invitaban a soñar, a vivir mil aventuras, con tanta fascinación que quería estar adentro del mismísimo cuento. Cada libro que abría era un mundo nuevo, un viaje, hacia los confines imaginarios.

A veces piensan que por el hecho de ser escritor me paso la vida encerrado escribiendo y leyendo todo tipo de cosas. Hay un tiempo para todo: para ver televisión, para leer, para escuchar música, para ver una película, para navegar por la web. Cada actividad tiene su encanto.

Otra de las cosas que digo en los colegios va dirigida a ustedes, los chicos, los jóvenes, los adolescentes: no hay manera de no leer, todo el tiempo estamos leyendo. La palabra escrita es una vía de comunicación y expresión y hasta ahora no hay otra que la reemplace. El lenguaje de la palabra escrita no es el mismo que el de las imágenes.
No se pierdan ese viaje impresionante que es la lectura: busquen y encontrarán ese libro que está esperando por ustedes, en algún lugar.

Leer nos permite imaginar, soñar, viajar. Leer es abrir la puerta hacia otras historias que nos permitirán conocer la nuestra propia, como si estuviéramos parados ante un espejo que desnuda nuestra alma.

Leer es también una actitud espiritual. Es una actividad de quietud, de concentración, que sólo requiere de la voluntad de entrar a otros mundos.

Un libro es una puerta abierta hacia mundos mágicos. Abrir un libro es entregarnos al viaje de la imaginación. Un libro nos da alas para volar.

Columna "Enfoque Joven". Abril 2010. Periódico Diálogo.(mensual de distribución gratuita) Nº188.

13 de mayo de 2010

25 DE MAYO DE 2010

La historia, cuando éramos chicos, nos la explicaban de manera simple y breve: el 25 de mayo de 1810, los nombres del primer gobierno patrio, los dibujos del cabildo, las damas “antiguas” y un pueblo esperando, porque “el pueblo quiere saber”. Escarapelas, Pañuelos. Empanadas y mazamorra.¡Viva La Patria!.
De chico lo veía así, una postal lejana e histórica, un día importante para conmemorar en la escuela, con actuaciones, con bailes típicos y colgando guirnaldas celestes y blancas. A la hora de la lección repetíamos casi de memoria los integrantes del primer gobierno patrio y al resumir todos los hechos sucedidos los contábamos como un simple cuento. En la carpeta pegábamos imágenes de los próceres, que en realidad eran hombres de carne y hueso, pero el nombre “próceres” los hacía inalcanzables, fuera de lo humano, casi casi, extraterrestres.
Nos costó mucho. Fue un proceso largo y arduo de esfuerzos y luchas. No fue nada fácil fundar nuestra patria, ponernos de acuerdo, tirar todos para el mismo lado y lograr terminar con nuestra dependencia de España. Costó tener nuestro territorio, fijar los límites, tener provincias, tener una bandera, llamarnos finalmente República Argentina.
Todas estas conquistas que hoy nos parecen naturales, son fruto de un largo camino recorrido, y es eso lo que no deberíamos olvidar a la hora de sentirnos argentinos y a la hora de interesarnos por nuestra historia.
Muchísimas personas dieron su vida y derramaron su sangre por este suelo argentino. Lucharon para que hoy pueda flamear en lo alto de los mástiles, nuestra bandera celeste y blanca..
Hoy nos resulta remota la posibilidad de que exista alguien capaz de dar la vida por la Patria. Hoy, lamentablemente, el Pueblo no quiere saber más nada. Y es mi deseo que valores como honestidad, compromiso por el bien común, esfuerzo, bondad, solidaridad, se amiguen con la palabra política.
Aquí estamos, doscientos años después de aquella fecha. La actualidad nos encuentra siendo un país rico, con todos los recursos naturales y humanos necesarios para ser una gran nación. A pesar de todo lo que le hemos hecho a nuestro país, de lo poco que lo hemos amado, de lo mucho que lo hemos ignorado y maltratado, Argentina sigue de pie. A pesar de estar desunidos y llevar cada uno una bandera propia, Argentina sigue de pie. No hay crisis que haya podido con nosotros, porque al contrario, nos hicimos más fuertes. El tema es si en estos doscientos años hemos aprendido algo de todas nuestra caídas, para no volver a repetirlas.
Falta poco para el mundial, tiempo en el que, gracias a nuestra pasión futbolera, sacamos a relucir nuestro patriotismo efímero, que dura lo mismo que nuestra participación en el la copa de fútbol.
Aquellas personas que hoy nombramos como próceres, llevaban la celeste y blanca tatuada en el corazón y defendían cada día, la bandera de sus ideales.
Para el próximo mundial, decimos que no tenemos equipo, pero que a la vez, contamos con los mejores jugadores del mundo. Una gran casualidad. A nivel país nos sucede lo mismo: teniéndolo todo, no funcionamos como un gran equipo que busca un fin común.
Tal vez nos hace falta eso, trabajar en equipo aceptando las diferencias, dejarnos de pelear, y discutir seriamente que país queremos, y trabajar duro desde el presente. Porque cosecharemos mañana, lo que hagamos en el hoy. Podríamos empezar por lo básico: que cada uno ponga lo mejor de sí, cumpliendo lo mejor que pueda la parte que le toca.
Es posible soñar, con un sol del 25 que desde la bandera, sonría orgulloso de todos nosotros, los argentinos y habitantes del suelo argentino.
Sé que somos muchos y que somos diferentes, y que el territorio es extenso, pero llegará el día en que comprendamos en que la bandera está allí flameando por y para todos. En ese momento, dejaremos de ser sólo provincias colgadas de un nombre de país, para ser realmente ciudadanos unidos con el solo objetivo de tener cada día, un país mejor. ¡Argentina, te quiero!



Mi Columna Enfoque Joven. Periódico "Diálogo" Mayo 2010.

13 de abril de 2010

2 AÑOS DEL BLOG!! (Balance escrito)

Un año más, todo pasa, quedan los recuerdos, las experiencias vividas y las palabras escritas en este blog. Un año más, parece que pasa rápido, pero suceden muchas cosas si uno se pone a pensar, en este caso, de abril a abril.
Estamos en 2010, y parece ayer cuando estábamos celebrando el 2000 y todo ese tema de que se venía el fin del mundo... ahora están jodiendo con eso del 2012, como si hubiera que ponerle fecha de vencimiento al mundo. ¡Joder! Dirían los españoles.. ¡A vivir... coño! Sólo Dios sabe cuando se acaba y lo que tenemos que hacer es cuidar el mundo y quererlo.
¡Uh! ¿Querer al mundo? ¿Cuidarlo? Me parece que pido algo imposible, en estos tiempos en que no nos queremos ni a nosotros mismos. Somos una linda raza autodestructiva y la naturaleza, ¡se está enojando gente!
Estamos en el año del bicentenario, doscientos años de esa postal que veía en el Colegio: el Cabildo con la gente, los paraguas y eso de que “el pueblo quiere saber”. El primer gobierno patrio... las escarapelas.... y un país que comenzaba a ser, lleno de sueños y hombres que querían luchar por una patria mejor. Hoy, el Pueblo no quiere saber! No quiere saber más nada con los políticos y todo esto, pero yo que soy un soñador, espero que el odio pase y podamos volver a creer en alguien. Sigo esperando alguna persona de bien que elija sumarse a la política y tenga ideas sanas y buenas para todos. ¡Por favor!
Por estos días todo se ve todo negativo, no hay una buena parece. Capaz que, como River y Boca están últimos en la tabla, la gente está pendiente del partidazo ese entre Gobierno vs. Clarín, un partidazo que lleva miles de minutos en juego y parece que no terminará jamás. Ya ni árbitro hay y vale todo. Están los hinchas K, los pingüinos, los de Cristina y Néstor y por el otro, los Clarinetes con camiseta de color roja. Y piña va, piña viene y los muchachos se entretienen y nosotros perdemos el tiempo ante una disputa sin fin.
¿Quién ganará? No sé... pero algo nos deja. Ahora sabemos que cada medio de comunicación tiene su intereses y podemos elegir con libertad.
Y hablando de disputas futboleras... ¡Chau Codificado! Llegó el fútbol así, libre, para todos. Y se armó una cuando la Presidenta dijo que durante años nos "secuestraron" los goles.
Yo, como siempre, veo algunas buenas: me encanta el logro de tener un canal como Encuentro, donde se da lugar a todo tipo de programas que ya no no se ven en los canales de aire y se nota la verdadera argentinidad y la pluralidad. Me encanta que Canal 7 tenga vida, colores y otros contenidos. ¡Años de abandono el pobre 7!.
Se ha vivido un año (otro más y van...) de peleas y de crispación. No me gustan pero en al menos estamos debatiendo, dialogando, opinando, pensando un poco... Prefiero esto a esa época en la que dormimos con la ilusión del 1 a 1, creyéndonos los mejores, viajando, comprando y mirando para otro lado mientras saqueaban la Argentina. "Y.. total", dirá una señora de alta sociedad, “yo viajaba a Miami como loca”, que vuelva Carlos, que vuelva ia!
El año pasado apareció otra versión remixada de la gripe, y nos pegó flor de julepe. La Gripe Porcina o A o H1N1.... todavía tengo alcohol en gel ahí guardado...una psicosis de barbijos y alcohol que mamma mía.. Y un tiempo después de la gripe, durante el verano, la Sra. Presidenta nos invitó a comer carne de chancho porque es más barata y nos ayuda en la cama. ¡Argentina... un país donde todo el posible!
En el verano llegaron los mosquitos, insoportables, de a mil. Y el Rey....el dengue... que ya es como un amigo nuestro y famosísimo, sale en todos los medios.
Y hablando de Rey, el Rey del Pop....se fue Michael Jackson, y al margen de su vida y del horror de modificar adictivamente su cara (pobre tipo), nos ha dejado una carrera brillante y unos temazos! Los argentinos, por nuestro lado, perdimos a Mercedes Sosa, una gran intérprete, con una voz única que salía del corazón. Una artista que siguió cantando, a pesar del exilio. Una grande entre las grandes.
La crisis de 2009, pegó duro, pero no tanto como decían los medios. Parece que zafamos un poco, pero nadie va aceptarlo porque a los argentinos nos encanta sufrir y quejarnos. ¡Viva la queja! ¡Qué mal se vive!¡Cuánta muerte e inseguridad! Ahora si hay una buena no la digas ¡Guardála! Y vos... bolu... por qué sonreís? Desubicado!! Llorá!!! Y si no querés llorar, llorá igual! El que no llora no mama y el que no afana es un gil.
Hubo muchas tragedias y desastres naturales. En este momento recuerdo el terremoto en L’ Aquila, Italia, y los desastres naturales de Haití y Chile. Hechos que ponen a prueba nuestran condición de seres humanos e indefensos.
Y en un año hubo sequía y de repente.. ¡uf! ¿Qué hacemos con tanta lluvia?. ¡Nos inundamos!
Facebook, una gran red social que sigue creciendo. Muy bien estuvo su creador, astuto el pibe... con su invento vino a cubrir una necesidad básica de todo ser humano...: ¿qué habrá sido la vida de...? Y le cumplió el sueño a todos de chusmear la vida del otro, de rastrear un viejo amor, o algún amigo y de ver las fotos que el otro pone a disposición en la vida virtual. Ni hablar de las mujeres que pescan in fraganti a los novios, que le habían dicho ese día que estaban en el laburo. Contentísimos. Sigo sin tener facebook ¡invitame a tu casa si querés que vea fotos de tu viaje!! Me gusta más y además me podés cebar mates!! De todos modos no soy antifacebook, aclaro. Valoro mucho el compartir de esa herramienta. La novedad es que ¡mis libros si tienen facebook! Alguien se ocupó amablemente de abrirles una cuenta.
Otra cosa insólita.... River y Boca casi últimos en la tabla... ¿Alguna vez imaginaron eso?
Y si hablamos de fútbol...se viene el mundial ¡Argentina! ¡Argentina! Y hay que ir preparando nuestro patriotismo celeste y blanco para cantar la canción del mundial “Waving Flags” (banderas ondulantes). Tenemos pocas expectativas porque no hay buen equipo pero a la vez tenemos los mejores jugadores del mundo... ¡pero qué cosa che!... Como el país... tenemos todo para ser los mejores pero... no nos sale... Lo bueno es que al no tener expectativas esperamos lo que sea y nos relajamos más. ¡Vamos Argentina, Maradó y Messi! (aunque me tenés repodrido haciendo propagandas, dejá algunas para otro, pibe!)
La TV, mi querida TV, nos ha dado grandes satisfacciones. Nació una estrella ¡Zulma te queremos!, aunque pobrecita/pobrecito no la/lo llamó ni Tinelli y al Maipo no llegó. Crónica sigue con sus clásicas placas rojas y sus buenas noticias de sangre y muerte ¡hermosas! ¡positivas! pero ojo... también una gran hallazgo: Anabella, Anabella llegó! Llegó para mostrarnos que si ya lo habíamos visto todo en TV.... ¡noooo señora/ señor!! Faltaban los travestis, un sordo recuperado comiendo vegetales, una momia, y hasta un caballo!! De allí salió Zulma. Anabella...gracias por tu aporte a la cultura popular!¡Qué linda está la tele!!!
Como novedad, en 2009, apareció Tinelli con un programa ¡puf! Renovadísimo!!....y para este año otra novedad: ¡Bailando por un sueño! ¡iupiii..algo nuevo! Dicen que el verdadero nombre era “Peleándonos por el rating mientras bailamos” pero no era un nombre marketinero y decidieron cambiarlo.
En su programa, el año pasado, vi bailar a un candidato político... ¡patético! Y más patético es que le fue bien y la gente lo votó... no tenía ideas pero... ¡bailó bien, che! Lo que sea por un voto... con tal de no pensar y laburar, te bailo un reggaetón. ¿Se imaginan a Sarmiento bailando... dame más Gasolina!!??
También hacia el final del año, otra rareza llegó al zoológico de la TV. Sólo lo nombro una vez más y punto: Ricardo Fort (ocupó el lugar de Zulma o sea la rareza que nos llama la atención, genera rating pero no sabemos si es porque nos interesa o para reírnos de él...) Pero este tiene plata entonces ¡ojo con reírte de un millonario!
La TV está falta de ideas, muy pobre, y por eso baja el encendido y se ve cada vez menos..la culpa no es de Internet ... ¡Piensen algo nuevo muchachos!
De todos modos, no quiero ser negativo, hubo cosas bien logradas... alguna novela emocionante y bien hecha, algún programa de juegos, algunos programas que hacen la excepción.
En cine, ¡un gran logro!, un aplauso, de pie... para Campanella... ¡Ganamos un Oscar!!
En fin, esto no es todo, pero es lo que recuerdo. Si recordara todo se dormirían ahí leyendo. Y esto de que el Blog cumpla años me hizo pensar en todo lo que pasa en tan sólo ¡un año!.Saludos para todos!! Hasta la próxima! (No me digan si no les da orgullito... ser argentinos!!! :)

1 de abril de 2010

FELIZ PASCUA 2010.



Es mi deseo que la pasen bien, en paz y tranquilidad, compartiendo con seres queridos ya sea familia o amigos.


Que este tiempo libre, sea también una oportunidad de meditación y vida interior, para redescubrir o encontrar el sentido de nuestras vidas.


TENGAN TODOS USTEDES....

FELIZ PASCUA.


Y como siempre, GRACIAS por estar allí, del otro lado. :)
------------------------------------------------------------------

25 de marzo de 2010

LA VUELTA AL COLE

El Colegio al que fui desde jardín hasta finalizar el secundario, queda a pocas cuadras de mi casa. Fueron muchos años recorriendo ese camino que une mi casa con la Escuela. Hoy, cada vez que paso, miro a través de sus ventanales, para apreciar las galerías y las aulas. No puedo evitar asomarme al ayer, aunque sea por unos segundos. ¡Cuántas cosas vividas en un solo lugar!

¿Qué representó la escuela para vos?- me preguntó un adolescente en un mail. ¡Gran pregunta! – me dije. ¡Cuánto representó para mí! ¡Cuánto representa y significa nuestro paso por el Colegio!.

La Escuela... en sus salones está la vida misma. La sociedad en pequeños grupos, compartiendo un aula. En la escuela se aprende a convivir: te inscribís, llegás y se arma un grupo, de edades similares y de realidades tan diversas.

La Escuela representó mucho para mí. En ella aprendí que todos somos diferentes. En la escuela conviven la tolerancia y la intolerancia. Se es tolerante ante un otro, que es diferente a mí. O, muchas veces, el trato entre los alumnos se torna cruel. No me refiero a los sobrenombres hechos con cariño hacia el otro, sino a la intolerancia, al insulto, a la violencia tanto verbal como física. Los chicos que íbamos al colegio éramos el fiel reflejo de nuestras familias. Y daba siempre “la casualidad” que detrás de un compañero irrespetuoso, que no paraba de largar insultos, había un padre similar o directamente una ausencia de padres, que andaban metidos en sus asuntos y no les prestaban ninguna atención.

La Escuela me enseñó a convivir y eso ya es mucho. Se aprende mucho viviendo-con y compartiéndolo todo cada día.
En el Colegio se arman los grupos de amigos y también de rivales. En él conviven la más sincera de la solidaridad y la más dura de las competencias. - Nada lejano a la realidad que nos esperaba de adultos – pienso mientras escribo: grupos, afinidades, intereses, diferencias, competencias... Amistad, solidaridad, unión, esfuerzo.... La vida.

En toda escuela hay maestras y maestros, profesoras y profesores. Están los de mayor vocación, tratando de modificar un poco la realidad, para prepararle un mejor futuro a nuestro país. Pero en la escuela aprendí que los maestros no son todos iguales: algunos sólo cumplían su horario, pasando casi desapercibidos, sin ponerle mucho esmero a la clase. Y nosotros, los alumnos, estábamos contentos de no hacer casi nada.

El paso del tiempo nos enseñaría, que los otros, los más exigentes, los que uno en ese momento odiaba porque hacían estudiar mucho, son los que más nos habían enseñado. Los verdaderos maestros son los que dejan huella.

En la Escuela aprendí que muchas personas van a cobrar su sueldo y no les importa nada de los demás. Sólo eso. También aprendí que había personas únicas, como la portera que dejaba su vida para que el Colegio esté impecable. Quería al Colegio como a su propia casa.
En ese convivir diario aprendí también, que podíamos estar en distintos niveles económicos pero que todos teníamos algo bueno para ofrecer al otro, más allá del dinero. Aprendí que de las diferencias podían nacer grandes amistades.

La escuela significó también, aprender a trabajar en grupo y entender que de ese modo se logran trabajos mucho mejores. Nunca faltaba el que se lavaba las manos y se llevaba las cosas de arriba. (Seguimos con las similitudes con el mundo adulto).

Hasta aquí vengo nombrando lo que aprendí en la Escuela, en el convivir diario, y podría enumerar muchas más. Pero faltó lo más importante de todo: me abrió las puertas hacia los distintos saberes. Para mí y para todos, la posibilidad de descubrir y descubrirnos. Grandes actores nacían en los actos patrios, grandes cantantes en las hora de música. Se vislumbraban ya, los grandes deportistas del futuro, en la hora de gimnasia.

A mí, me costaban los números. ¡Qué bien me llevaba con Lengua y Literatura!. En la escuela imaginábamos quienes seríamos en el mañana. Y de ese gran abanico de colores que la escuela ofrecía, habría que elegir el que más nos gustara, el color de nuestro camino a seguir.

Volver al cole, no sólo para recordar y caer en la nostalgia. Volver para darme cuenta que significó mucho para mí y que, sin duda, lo que soy hoy, comenzó a ser un día, una vez, en las aulas de la Escuela Normal, Rafael Obligado. Ese que comenzaba a ser, estaba rodeado de buenos amigos, y de grandes maestros.

Muchas de las respuestas al presente, están sin duda en esa etapa de Colegio. Por eso, cada tanto, vuelvo a asomarme a través de sus ventanas... donde los alumnos juegan y sueñan, imaginando el mañana.

MI COLUMNA MENSUAL DE MARZO EN EL PERIODICO DIÁLOGO. (Nº 187)

2 de marzo de 2010

EL ENCUENTRO CON UNO MISMO Y LA CONTEMPLACIÓN.

Hay que hacerse un tiempo para uno. Trato siempre de respetar ese tiempo conmigo mismo, aunque sea cada tanto, para poder encontrarme, para pensar, para ordenar las ideas y ver todo con mayor claridad.

Estar sólo y pensar es necesario. Resulta difícil tomarnos un tiempo, porque antes que nada, somos seres en sociedad y nos cuesta alejarnos un poco; y en la actualidad, se suman la cantidad de vías de comunicación, que resultan muy útiles, pero que también invaden demasiado nuestros espacios y nuestros necesarios silencios.

Cuesta pensarnos en soledad y hasta tal vez nos dé un poco de medio: ya pronunciar la palabra soledad, da un poco de cosa. Necesito estar sólo suena a problema, a “estoy mal”, a “déjenme en paz”. Pero no siempre es así.

Cuando elegimos estar solos, no lo estamos en realidad: están los pensamientos, los recuerdos... viajamos mentalmente del presente al pasado y pensamos en el futuro. No estamos solos, estamos con nosotros mismos. Y se produce un encuentro con lo bueno y con lo malo que tenemos, un encuentro con nuestras voces... la voz de la conciencia, la voz del corazón, las voces de los demás que destruyen, las voces de los demás que construyen... las voces de los sueños acallados o dormidos, que intentan reavivar su fuego.

Tenemos que darnos cuenta a tiempo para equilibrar: el exceso de ruido, con un poco de silencio y un poco de encuentro propio; el exceso de soledad y meditación, equilibrado con salidas, con encuentros grupales, siendo uno con los demás.

No hace falta viajar o alejarse demasiado. Uno se encuentra a uno mismo al cerrar los ojos por las noches antes de dormir, o al tomar un poco de sol. Cerramos los ojos y abrimos los sentidos para escucharnos, para sentirnos. Muchas veces no nos gusta lo que vemos y oímos, y no podemos dormir: la vida que llevamos no es la que nos hace felices y perturba nuestro descanso, nuestro sueño.

Escribo esto, motivado por la presencia del mar. Veo a la gente caminar, sola o acompañada, a paso lento, disfrutando del paisaje, contemplando. Contemplar la creación, toda esta gran maravilla que tenemos de regalo. Veo gente sentada mirando el mar, apreciándolo, cerrando sus ojos y dejando que el viento les acaricie el rostro. A veces no hace falta más que eso para ser felices: un poco de viento en la cara.

Durante las vacaciones hay más tiempo para contemplar, pero el desafío será poder tener a lo largo del año, nuestros momentos de contemplación, que tan bien nos hacen. Es el buen sabor del encuentro, con uno mismo, que debemos experimentar, para ser más felices.

Yo contemplo el mar, con su magnífica inmensidad, este mar que es calma y también es fuerza y poder. Miro el infinito y toda mi alma se despierta y se inunda de paz y mis ojos sueñan, porque ven mucho más allá de todo. Contemplar es liberar los sentidos, el alma y el pensamiento.

Hoy contemplo el mar, pero cuando regrese, también contemplaré el río o un árbol de la plaza, o un niño jugando, o un pájaro armando su nido.

Debemos darle lugar a la contemplación, ejercitarla. Contemplar en quietud nos hace más humanos, nos hace recordar que estamos vivos y que respiramos, nos hace recordar que hay algo, más allá de nuestra mundo individual.


Yo contemplo el mar, con su magnífica inmensidad, este mar que es calma y también es fuerza y poder. Miro el infinito y toda mi alma se despierta y se inunda de paz y mis ojos sueñan, porque ven mucho más allá de todo. Contemplar es liberar los sentidos, el alma y el pensamiento.

Hoy contemplo el mar, pero cuando regrese, también contemplaré el río o un árbol de la plaza, o un niño jugando, o un pájaro armando su nido.

Debemos darle lugar a la contemplación, ejercitarla. Contemplar en quietud nos hace más humanos, nos hace recordar que estamos vivos y que respiramos, nos hace recordar que hay algo, más allá de nuestra mundo individual.

ESTE TEXTO PERTENECE A: Mi Columna "Enfoque joven", Periódico Diálogo, Nº 186. Enero - Febrero 2010.

19 de febrero de 2010

ENTREVISTA FEBRERO 2010

Comparto el link de una entrevista que me realizaron para la Revista On Line San Pablo.

Esa publicación web, pertenece a la Editorial que me publicó los libros: San Pablo

Espero que les guste. Este año 2010, se cumplen ¡5 años! de la publicación de "Cuentos Jóvenes para Jóvenes", mi 1er libro.

http://www.san-pablo.com.ar/rol/?seccion=articulos&id=2847

Saludos y dejen comentarios!! Siempre suman y dan energía para seguir!

13 de febrero de 2010

Yo, Ustedes, el verano, mis noticias, acá estoy...

Aquí vamos de nuevo. 2010. Comenzamos una nueva década. ¡Qué bárbaro ... si parece ayer eso de que llegaba el 2000 che!
Acá estoy, más vivo que nunca y como todos, atravesando el veranito, resistiendo al calor. El verano, para ser sincero, es mi estación preferida, porque en el verano hay más vida. Me encanta esta época de mates en el patio o en cualquier lado al aire libre. Me encanta esta época de sentarme a leer un libro o escuchar música mientras tomo un poco de sol, mientras contemplo el atardecer. Me encantan las charlas de verano, esas que empiezan por un tema, se van por las ramas y terminan quién sabe dónde.
– Todo muy lindo, pero los mosquitos.... qué porquería - me dirán todos. Y si. Podría enumerar las cosas insoportables del verano, pero para eso están los demás y quiero ser un poquito original.
Escribo para dar señales de vida. Hoy a la tarde me dije: - Ya está. Basta de la foto esa de las copas de champagne haciendo chin chin y el saludo de fin de año. Aunque las fiestas no quedaron lejanas, sentí ganas de volver a escribirles algo. Como para no perder la costumbre, vio.
El verano en San Nicolás, es duro. La humedad lo hace todo más pesado y la crecida del Río Paraná viene poco a poco copando las calles de nuestra costanera. Durante enero la ciudad estaba casi vacía. Yo me sentí muy bien, como dueño de casa, como paseando por una siesta tranquila y eterna.

No paré de escuchar, como cada año, la misma canción: "que no hay nada en esta ciudad”, “está muerta San Nicolás”. Es lo que hay y la quiero así, con sus defectos, sus defectos, sus defectos ..¡ah! y ¡sus virtudes! Lo que viene es para cantar a lo Donald: Mosquito y crecida. Sucundún Sucundún. Y la humedad. Sha la la. Los pecho frío de alma, me hacen tiritar...

La pasé bien entre las calles tranquilas, entre un centro mucho más calmo, como lo era antes de que creciéramos tanto en cantidad de habitantes. La pasé bien los sábados viendo a dónde vamos a bailar y que haya gente. Al principio, mucha gracia no me hizo: veía por Crónica eso de “Estalló el verano” y la pucha... ¡yo acá!, pero la verdad, mi pelopincho se la re banca. Todo es cuestión de buscarle la vuelta ¿no?. Además, Gracias a Dios, al mar pude verlo en diciembre. Y lo dejé listo para que vayan todos a disfrutar y hacer colapsar LA FELIZ.

No quiero dejar de contarles en qué ando. Este Blog es así, mezcla de noticias e historias que se me ocurren.

Ya saben que ando a pata, pero me refiero a la escritura. Estoy terminando de escribir mi 3er libro, que será entregado muy pronto a la Editorial. Y luego, a partir de allí a esperar que nazca, y sólo Dios y la Editorial saben cuando será eso. Lo importante es que para mí ya nace un nuevo libro, al que le he dedicado mucho tiempo. Reunirá textos míos publicados en la web y otros que tenía muy muy guardados.

En fin, gente. Mi verano transcurre así, saliendo, tomando sol, resistiendo al calor, caminando, haciendo gimnasia que siempre hace bien al cuerpo y a la mente. Y como siempre, lo más lindo, escribir y escribir. También me tomé mi tiempo para mirar hacia adentro, para analizar que estuvo pasando en mi vida en todo este tiempo. Y releer este blog... Siempre es bueno releer nuestra vida. Aunque sea cerrando los ojos.

Estoy leyendo Doce Cuentos Peregrinos, de García Márquez, un autor al que admiro. Vi el otro día la película “El Secreto de sus Ojos” y sinceramente, es la mejor película argentina que he visto. Te mantiene atrapado de principio a fin y representa muy bien el gen argentino: fútbol, bares, pasión, corrupción, injusticia... todo acompañado por unas actuaciones creíbles y brillantes. Yo me quedé pensando en que es cierto eso de que los ojos hablan. A veces las palabras sobran.

Queridos amigos, queridos lectores: ¡feliz verano! Estamos en contacto. Si sufren el calor, pónganle buena onda. Una bebida bien helada, es uno de los placeres más lindos que tiene el verano. Además de las chicas en malla, por supuesto, y todo lo demás que tiene el veranito.

Hasta la próxima. Nos vemos.
Martín.