15 de octubre de 2014

¡¡32 años de vida!! - (13/10/14)

Hoy, en el día de mi cumpleaños, sucedió algo mágico. Pude abrir mi pecho, tomar mi corazón y tenerlo entre mis manos. Me sorprendió lo que vi. No está hecho de carne ni de sangre: está hecho de LUZ. 
Pero esa luz tan poderosa, no es una única luz.                                                                                     
 Al mir

ar detenidamente, pude apreciar miles de lucecitas, algunas pequeñas, otras más grandes. Cada una brilla con una intensidad especial. Cada una tiene un tamaño diferente, pero no deja 
de brillar.
Cada luz es una persona. Cada luz es alguien que supo alumbrar mi camino y dejarme algo valioso, que perdurará escrito en el corazón para siempre.
¡GRACIAS A VOS! No hace falta que te ponga un nombre porque sabés que ahí estás. Porque alumbraste, porque brillás, porque brillarás siempre en mi corazón.
¡GRACIAS POR LA VIDA!
Sólo pido ALEGRÍA Y VIDA. Porque todo lo demás, es lo demás.

8 de octubre de 2014

Juan Carlos Pisano: mi maestro y guía constante

Fuiste fundamental en mi vida. Tenía doce años cuando vi una dirección en la "Hojita de los Niños" y me animé a escribirte una carta. Nunca voy a olvidar el día que me respondiste. ¡Qué alegría inmensa! Me contestaste la carta y luego me llamaste por teléfono a mi casa. Corrí al teléfono. El corazón me latía muy fuerte por la sorpresa y la emoción. En aquella carta te mandé unas fábulas que me gustaban y te pregunté ¿qué se estudia para ser escritor? Y ahí empezó todo. Un niño preguntó, alguien sabio contestó y un sueño comenzó a crecer.

La era del e-mail nos volvió a juntar. Estaba terminando la secundaria y te consulté sobre la carrera a seguir.  Me preguntaste si todavía seguía escribiendo y me pediste que escriba pensando en los jóvenes. Y esos cuentos se unieron sin pensar y se transformaron en un libro, gracias a vos: «Cuentos jóvenes para jóvenes». Y mi vida cambió para siempre: un chico del interior, de 21 años, ¡hacía su sueño realidad! 

Yo te llamaba por el apellido. ¿Qué dice Pisano sobre esto? ¿Qué haría Pisano si estuviera en mi lugar? Cada duda era un mail para vos, para saber tu opinión y tu visión de las cosas. ¡Esperaba ansioso las respuestas! ¡Y llegaban! Supiste descubrir en mí las ganas de escribir. Supiste ser mi guía constante. No hablabas de más, tus palabras siempre eran las justas y necesarias. Nunca me diste fórmulas, siempre acompañaste lo que naciera en mi corazón. Esos son los verdaderos guías, los que ayudan a descubrir y a volar, sin imponer ni exigir.

Me dejaste compartir muchas cosas con vos y aprendí muchísimo. Te vi actuar, hacer magia, dar conferencias, hacer radio, hacer la hojita, contar cuentos en colegios, te vi recitar acompañado de música…  Me enseñaste que no se puede remar en contra de uno mismo. Tus últimas palabras hacia mí, serán un sello para el resto de mi vida: «no hay justificación posible para que un artista se venda a algo que lo aleje de su destino»

La partida de un guía es dura. Pero todo lo que me enseñaste nunca se borrará. Es una semilla que seguirá creciendo. Lo prometo. Sin duda, desde ahora y para siempre, me guiarás desde una estrella. Agradezco infinitamente a Dios por haberte puesto en mi camino.
Juan Carlos Pisano: escritor, comunicador, catequista, actor, mago ilusionista... ¡Buena persona! Una vida comprometida con una misión: comunicar valores. ¡GRACIAS POR TODO! Que brille para vos la luz que no tiene fin.
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JUAN CARLOS PISANO, mi padrino en la escritura. A un mes de tu partida, todos te decimos y te seguiremos diciendo ¡GRACIAS POR TANTO!
Foto: 2005. Tomada el día en que viniste a San Nicolás junto a tu esposa María Inés Casalá, a presentar mi libro "Cuentos jóvenes para jóvenes". Aquel día comencé a caminar mi sueño. ¡Gracias para siempre! La memoria es el agradecimiento del corazón ¡Nunca te olvidaremos!


6 de octubre de 2014

¡FELIZ PRIMAVERA!

Primavera es recuperar lo mejor, mostrar lo mejor de nosotros y compartirlo con los demás. Es explosión de vida plena, es florecer para los demás, es ser verde de nuevo, es ser esperanza que se renueva bajo el sol y el cielo infinito. 

Imaginemos que todos somos árboles y… ¡ha llegado el momento! ¡Es primavera!. ¡Llegó la hora de renacer!