3 de enero de 2019

ESCRITO UN 30 DE DICIEMBRE

"Bienaventurados los que están en el fondo del pozo porque de ahí en adelante sólo cabe ir mejorando". Joan Manuel Serrat.

Se va un año más de vida, en esta ocasión llamado 2018. Se va un año en el que seguí intentando ser feliz y hacer cosas que me gustan, a pesar de cualquier obstáculo o imprevisto. Pienso que en esto está la clave (al menos la mía) para no bajar los brazos y seguir viviendo e intentando.
¿Qué deseo tenés para el año nuevo? – me preguntaron. Y pensé en varios: que podamos transformar los momentos de crisis en oportunidades; que elijamos quejarnos menos y hacer más sin esperar los cambios mágicos que “ya van a venir”.
Que nos demos cuenta de que ser solidarios es lo más transformador que existe, porque siempre nos hace mejor y nos salva; que tengamos tiempo para pensar en el otro, y en especial en el que tenga una necesidad material o espiritual; que podamos dar de lo que tenemos y también podamos esforzarnos para inventar aquello que no tenemos. Que construyamos la paz, cada día, desde los pequeños gestos: saludando, dando un abrazo, respetando a todos, regalando una sonrisa, bientratando a todos.
Que logrando la paz interior, desde cada corazón, logremos llevar paz y alegría por cada lugar que transitemos.
¡Felices últimas horas 2018! ¡Que lo terminen muy bien y que lo empiecen mucho mejor!