17 de diciembre de 2014

NAVIDAD: VOLVER A SENTIR DE VERDAD

 Jesús nace para todos. Navidad es Jesús. Llega ese momento tan hermoso de mirarlo, de detenernos frente a ese Dios hecho niño. “La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros”, dice Juan en su evangelio. Me paro frente al pesebre, mirando al Niño Dios y, mientras, pienso en todo el camino que le espera, en todo lo que tendrá que vivir y en todas las palabras que dirá a lo largo de su corta e intensa vida. Todas las palabras tienen el poder de crear, de transformar y mucho más las de Jesús. Las de Él vienen a cambiar el mundo para siempre.
 En este nacimiento, nacemos todos nosotros,  una vez más, un año más. Navidad es momento de encuentro y de re-encuentro: con los demás y con nosotros mismos. Y debemos celebrarla con toda nuestra alegría.
Vivimos en una época súper conectada e hipercomunicada, pero… ¡nos cuesta tanto encontrarnos verdaderamente con los demás! Es decir, no una mera reunión de individualidades sino un encuentro en el que todos nos enriquecemos y crecemos en conjunto.
Vivimos momentos en  los cuales lo obvio, lo esencial, lo básico, se está olvidando. Debemos aprovechar este tiempo tan hermoso y único para permitirnos recordar y meditar lo esencial, lo que sabemos que nos hace bien y que sin saber porqué, dejamos de hacer.
Lograr vivir la Navidad con un verdadero espíritu resulta, hoy, nuestro gran desafío. Porque no es una fiesta más. Lo sabemos y debemos transmitírselo a todos, con nuestro ejemplo, con nuestras ganas, movilizados por la alegría de un nacimiento que llena los corazones y se nota en nuestros rostros.

La Navidad es el tiempo de desearle al prójimo lo mejor, de compartir nuestros deseos y de ayudar a que otros los puedan cumplir.

Navidad, natividad, nacimiento, luz, esperanza renovada en un Niño que es un sol que nos ilumina la existencia.

MI COLUMNA ENFOQUE JOVEN. En Periódico Diálogo. Nº 236. Diciembre 2014.

4 de diciembre de 2014

Muerte y vida

Cuando la muerte nos toca de cerca, siempre nos damos cuenta de que la vida pende de un hilo, de que ninguno de nosotros la tiene comprada, de que nos hacemos problemas por muchas cosas que no valen la pena. 
El desafío está en que, cuando pase el tiempo, no nos olvidemos de estas reflexiones. De nada sirve volver a nuestra "rutina normal" de siempre, sin haber aprendido algo, sin haber crecido.
Si hoy tengo que encontrarle una explicación a la muerte, me arriesgo a decir que sí, que tiene un significado, un significado que hay que descifrar en cada persona que nos deja, un mensaje oculto que va más allá de todo.
De alguna forma la muerte nos une más, nos hace valorar más la vida, nos hace frenar, nos hace pensar.
Lamentablemente, tiene que existir para darnos cuenta de que somos humanos y de que en algún momento, todo terminará.
¿Y entonces? LA VIDA está esperándonos, ahora, ya, a cada minuto, para vivirla con toda la alegría y la intensidad.