1 de agosto de 2015

LA AMISTAD (por Juan Carlos Pisano)

 La amistad es uno de los sentimientos más hondos que puede experimentar el ser humano. Es un don gratuito, que se da y se recibe sin ningún interés de por medio y, por eso, nos hace más plenos pues es una muy especial dimensión del amor.
 La amistad ennoblece, hace crecer y permite salir de uno mismo para darse al otro. La amistad es creativa y creadora y es signo de una madurez que se adquiere paulatinamente en el camino que se transita compartiendo una sonrisa o sobrellevando el dolor. La amistad, es sinónimo de confianza y de entrega sin concesiones que permite disfrutar en los momentos de luz y tiene fe cuando no se ve tan claro.
 Nada de esto se da mágicamente y requiere algunas condiciones; en la amistad hay que saber «esperar» al amigo, sin «apurarlo» para que tenga determinadas reacciones o para que responda de la manera esperada. Hay que confiar aunque las circunstancias parezcan decir lo contrario. Exige aprender a respetar el silencio y disfrutar los encuentros aunque no estén «llenos» de actividades. También se debe tener en cuenta que hay tiempos personales y se debe aceptar la intimidad individual de cada uno y «soportar» pacientemente que, en la amistad, hay luces y sombras. Así, se puede construir una amistad duradera, perdurable e indestructible.
 La transparencia de la amistad, permite pensar en voz alta y «darse la espalda». Los amigos, logran erradicar los prejuicios que vician las relaciones humanas y eliminan de sus códigos las «suspicacias» y las dobles intenciones; hay momentos de enojo, pero no se dejan llevar por la ira o por la «bronca» y siempre piensan bien del otro con franqueza y honestidad.
 Los que caminan juntos, se saben esperar para seguir adelante con el mismo paso y se detienen frente a los obstáculos, para ver más claro. Se dan ese empujón necesario en el momento oportuno, cuando el otro está por «bajar los brazos». Si marchan «de la mano» llegarán muy lejos porque así no se cansarán.
 La amistad es un remanso de paz. Los amigos transmiten equilibrio y se convierten en escuela de sensatez; tienen sus oídos dispuestos, son comprensivos, saben escuchar con su corazón, y están abiertos en todo momento porque saben ponerse en el lugar del otro.

Juan Carlos Pisano. Catequista y comunicador católico argentino. (1954 - 2014) 

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