21 de enero de 2015

UNA MUJER LASTIMADA

 Hoy me encontré con una mujer. Lloraba desconsolada en el cordón de una vereda. No tenía fuerzas ni para levantar su frente y poder mirarme a los ojos. 
- ¿Puedo ayudarte? - le dije asustado acercándome con cautela.
- Andáte, dejame sola - me dijo gritando de dolor.
- Pero, ¿qué te pasa? - insistí con mis palabras que no lograron tapar su profundo llanto.
- Es que me siento abandonada. Ya nadie piensa en mí. Entre tanta guerra de egos, entre tanto odio suelto, ya me es imposible seguir adelante. Si cada uno está tirando para su lado, si nadie piensa en unirse verdaderamente, estamos todos perdidos.Ya nadie piensa en mí - repitió.
- ¿Cómo te llamás?
- Argentina - me contestó ella levantando por fin la mirada.
 Las lágrimas celestes y blancas que rodaban por sus mejillas, se me clavaron una a una en el corazón.
 Y nos quedamos los dos en silencio, cruzando nuestras miradas, compartiendo la profunda decepción que existe en nuestras almas.
Yo intenté acercarle mi mano. Y sólo el cielo oscuro y sin estrellas, fue testigo de nuestra desolación.

AUTOR: Martín Gozdziewski (YO)

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