4 de diciembre de 2009

Feria del Libro. Mar del Plata 2009 (DIA 2)

Jueves. La Feria abre a las 10 de la mañana, para que puedan visitarla los Colegios. El día amaneció soleado y pude ver por primera vez el mar, la arena y la ciudad bañados de sol.
La feria parece otra. Chicos y chicas que vienen y van, enérgicos, dando vueltas, sin parar, de aquí para allá.
¡Silencio 5to B! ¡Una fila dije! ¡No veo una fila! – se queja la seño. Las “blancas palomitas” están incontrolables.
Todo lo ocupa el lindo bullicio de los alumnos. El stand se ve invadido por ráfagas de chicos y chicas. Dos chicas se pelean para ver quien se queda con los señaladores y las Hojitas del Domingo, como obsequio. Damián, empleado de la librería, intenta controlar el “terremoto” infantil.
Un chico pasó por la mesa donde estaba y me dijo: ¿Estos de qué son? – señalando mis libros. – De frutilla y de limón - le contesto en broma, pero con cara de serio.
Antes de que se aleje con sus compañeros, le aclaro que son “De cuentos, que escribí”. Y se va riéndose.
Es un lindo encuentro el que se da entre los chicos y los libros. Un encuentro necesario. Celebro eso, entre tanto mundo audiovisual y virtual.


Visito el Colegio San Antonio Gianelli.

A la una de la tarde, fui hasta la librería San Pablo. Todos se turnan para no desatender la librería mientras dura la feria.
En mi interior ya se comenzaba a manifestar la ansiedad. Los alumnos de 6to año A y B, me esperaban en el Colegio San Antonio María Gianelli, en otra punta de la ciudad..
- Es un colegio grande y usaron tu libro todo el año, me cuenta Leonardo, otros de los empleados de la librería, quien será el encargado de acompañarme en esta nueva aventura.
Mientras íbamos en viaje, experimenté otra vez, esas sensaciones del comienzo, de 2005, cuando salió Cuentos jóvenes… ¡No lo puedo creer! ¿Qué pensarán en este momento? Pasa el tiempo, pero con cada colegio que visito, todo vuelve empezar.
Entramos al cole y nos indicaron que nos estaban esperando. Atravesamos un pasillo largo y entramos al salón de actos. Allí estaban, todos sentados, mirando hacia la puerta, con sus ojos llenos de expectativas. Tenían en sus manos, mi segundo libro, Cuentos con mirada joven y en sus caras dibujada una sonrisa.
Las seños Teresa y Hna. Mónica, me dan la bienvenida. Y los casi 70 chicos y chicas no paran de mirarme, esperando en silencio, que comience a contarles mi historia.
Uno a uno, fueron preguntando… en qué te inspirás…cuándo empezaste… qué cuento te gusta más… y muchas preguntas más.
Luego ellos me contarán sus cosas, y yo les iré contando como nacen los cuentos.
La seño Teresa, me cuenta que con el cuento “Los dos reflejos”, armaron un juego con espejos, para que los chicos se conozcan más a sí mismos.

El libro fue utilizado en el proyecto “CONOCIENDONOS.”, me cuenta Teresa. Luego les cuento un cuento. Indefinilandia..Se ríen mucho con ese cuento.
Me despiden con un aplauso que me llena de emoción y luego forman una fila para que les firme los libros.
Aún no comprendo ese acto de firmar, pero lo tomo como un recuerdo que les dejo, para que algún día, cuando crezcan, recuerden a un joven soñador, que escribía cuentos.
El viaje de regreso, fue en silencio, pensando en todo lo vivido, y mirando, una y otra vez, una tarjeta que me regalaron, acompañada de una medallita de San Antonio María Gianelli. Y para mí no hay mayor premio que ese… un gracias escrito en una tarjeta.

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