22 de agosto de 2008

ESO DE REUNIRNOS TODOS (con los amigos de siempre)

Vuelve E. a San Nicolás. Vuelve de porteñolandia cada tanto, y de alguna forma u otra da el puntapié inicial para la reunión. Es el amigo convocatoria: ni bien pisa suelo nicoleño, hace unos pases mágicos y lo que parece imposible (juntarnos todos), se transforma en realidad.

Reunirnos todos, cosa difícil a medida que pasa el tiempo. O a esperar ese día establecido, el 20 de julio, día en que todos se desesperan por festejar, mandar mails, mensajes de texto y repiten la palabra amigo una y mil veces, hasta el hartazgo. El resto del año no sé bien que pasa, o tal vez sí: en el día del amigo se recuerda la llegada del hombre a la luna; debe ser que muchos amigos viven en la luna todo el resto del año. Si, si. Eso, eso.

Crecer y entrar al mundo adulto viene con una frase armada y establecida: no tengo tiempo, no tengo tiempo. Una vez leí en un libro de Bucay, que en realidad eso quiere decir “no tengo ganas” pero disfrazado, para no herir a nadie. Y después hay una promesa que no se va a cumplir, esa que dice “te prometo que un día de estos”... (un día de estos nos juntamos, un día de estos empiezo la dieta, un día de estos arranco el gym...)

Mi amigo E., el porteño, no es porteño. Nació acá, pero vive en Buenos Aires desde hace unos años. No sólo se fue a estudiar allá, sino que además logró recibirse, sobrevivir y seguir sobreviviendo a la gran urbe y eso es muy meritorio. Cuando vuelve viene con otro ritmo, otra velocidad, otra sintonía, pero después se acomoda, se calma. La vida va en cámara rápida allá por la capital.

En sus primeros regresos, E. era una especie de viento porteño que nos traía todas las novedades de una Buenos Aires que a esa edad parecía tan lejana. - La onda ahora es... - decía- y siempre daba en la tecla, así que había que tomar nota de lo que en unos meses llegaría a San Nicolás.

Y bueno, la cosa es que terminamos el sábado a la noche sentados, todos juntos, en una mesa, gracias a una fuerza extraterrestre que logró que todos digamos si, hoy puedo, no hay drama.

E., como siempre, acompañado por un atado de Parisiens. En la mesa falta el amigo M: como siempre la estrella se hace esperar. Si Moria es como el Obelisco, M. vendría a ser la esquina de Mitre y Sarmiento de San Nicolás (esquina clásica y famosa de la ciudad). Todo un símbolo. Ayer M, pobre, se pegó un palo con la moto y terminó en el hospital, pero ya está listo para salir a la noche, en una especie de, “me la banco igual” aunque le duela desde el pelo hasta las punta de los pies.

Así que somos cinco: E., R., yo, N. y P, la dama, novia de E. Bendita tu eres entre tantos hombres. Lo bueno de P. es que es una más del grupo y nos hace sentir cómodos. Raro eso en la novia de un amigo...tiene el don de caernos simpática.

Pedimos pizza y empieza la charla, esa en la que hay de todo como en una ensalada de frutas. Empieza por el presente, por ponernos al día con la clásica... ¿y qué es de la vida de...?
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Ya con la pizza servida y la Stella Artois, en los vasos, llega M. Está un poco duro, como una estatua viviente, por los golpes, pero ingresa con todo ese aura de actor que lo caracteriza. (Hola Ñafle, ¿me das un autógrafo?)

M. es un artista que trabaja de otra cosa (pero no toma Gatorade). Ahora somos seis. E. y P. eligieron carreras de números y los une la misma pasión. R. está dando sus primeros pasos en eso de ser arquitecto y anda contento. N., es una historia aparte. Como que está el mundo y del otro lado está N. Hoy lo felicitan por vivir; es el loco de la moto, el del viaje en ciclomotor Juki por distintos países de América. Así que vendría a ser un motoquero pero con una moto que no es de motoquero, pero se la banca.

R. cuenta anécdotas de un finde en la capital. P. habla de unas acciones en la bolsa. N. nos cuenta cosas de su viaje que lo ausentó de nuestras tierras por varios meses. Y yo... yo hablo y hablo como siempre, le meto un poco de alegría para reírnos de la vida, y mientras pienso que llegó la hora de plasmarnos en una historia en el blog.

M. relata cronológicamente la historia de su palo con la moto. Hoy trae lentes de contacto de color. (Las chicas del barrio le gritan al pasar, dale guachín, sacános a pasear) De haber sido pendejo hoy, M. hubiera sido flogger.

Luego de ponernos al día, llegan los “te acordás”... y ahí llegan los recuerdos. Y nos ponemos algo melanco, nerviosos, un poco inquietos, pero sin duda nos reímos del pasado.
Y vivimos esa sensación única de la amistad a través del tiempo: ¡a veces sería mejor que no se acordaran de esas cosas!... pero a pesar de los caminos diversos, de las peleas, de los alejamientos, de los malentendidos, acá estamos, en la mesa de nuevo.

Los amigos de siempre tienen eso, son de siempre, y claro, se acuerdan de mis primeros pasos en la noche, de mi pantalón tan arriba que un poco más me estrangulaba, de algún bicho que me comí, del algunos (muchos) papelones y de viejos sobrenombres que ya había olvidado.

Y salen nombres que dicen mucho: Bartolomé, el Sapo, El Bonsi, Jetro, Tikal..lugares de esparcimiento donde dimos nuestros primeros pasos nocturnos.

Y así se va la charla y llega la cuenta dando el silbato final. M. es Licenciado en Movida Nocturna, y nos dice: - “Si no entrás a Gap a las 12 no entrás más....
P. está feliz y dice: “¡Comimos por 12 mangos cada uno!”. Y sí. Está acostumbrada a que en capital le salga todo más caro.

A levantarse. Nos vamos a Gap.

Y ahí nos vamos, con el pasado que se hizo vivo, caminando las calles del presente como siempre, (¿o como antes?).

El tiempo pasa, si... y tan rápido. Y ya no somos los mismos. Pero de alguna manera- pienso mientras ellos hablan- no somos los mismos de ayer pero casi casi iguales. Con nuevas alegrías y nuevas penas. Acá estamos.

Y con los recuerdos que hoy salieron, pero ya los dejamos de propina en el bar, seguimos caminando las calles hacia GAP, boliche que en el futuro tendrá otro nombre (manía típica nicoleña esa de abrir lo mismo con otro nombre)

¡Y a vivir se ha dicho! Ha vivir este presente, que mañana será pasado, y tendrá anécdotas que contar. Quien sabe en qué mesa, de qué lugar.

3 comentarios:

el nombre... dijo...

Muy buena descripción de una salida "nicoleña"!
También eso del día del amigo... Bué, será que a mí me supera!

Saludos

el nombre... dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Ignacio García dijo...

jua! B L O G G E R ! personalmente es el posteo que más me ha gustado. Al hacer un chato análisis compruebo como vas y venís con mucha armonía para hacer la crónica, creo q lo és, y le ponés tus toques mediáticos, TV. Agradezco que, si bien existen cámaras ahora, haber sacado esta foto literaria de un momento del presente permanecerá por los siglos de los siglos... un abrazo y que no nos digan floggers sino B L O G G E R S, con mayúsculas y separados -por ser independientes-.suerte. Feliz 25 de la virgen -porque vivís cada día como el primero- y 11 del maestro!