
La Feria está buena. Está todo en un solo lugar. Y si bien se está poniendo cada vez más marketinera y concurrida la cosa, no deja de darme placer eso de que le dediquen unos días y tantos stands para promover el libro. Mucho best- seller y famosos de tele que ahora escriben, pero eso no importa. Si uno busca y quiere ir más allá, algo va encontrar. El boca en boca sigue vivo y hay mucho por leer más allá de los más vendidos.
Pasé por el stand donde están mis dos libros. Es la primera vez que los veo juntos a los dos. El más nuevo salió en noviembre pasado y anda contento con eso de ser novedad. Pero el primero se le ríe porque ya hace tres años que anda haciendo de las suyas y se cree con más experiencia.
Me paré en un esquina del stand, para poder observar un poco. Y fue algo espectacular, como un sueño, ver entrar a las personas, tomar mis libros, leer las contratapas, hojearlos. Ahí sentí esa felicidad o plenitud por la tarea realizada. Por ustedes, los lectores, sino ¿por quién hago todo esto? Bueh, también lo hago por mí, porque me gusta escribir.

Un señor le muestra mi libro a su señora. Se miran y eligen el otro, el segundo. Y así, a lo lejos sonrío y veo como en sus manos, entre dos tapas, y unas páginas se llevan tanto de mí, tantas horas, tantas ideas, tanta magia, tantas palabras unidas para hacerlos volar a través de oraciones, que forman párrafos y de párrafos que forman cuentos.
Con esto me alcanza, me puedo morir tranquilo, pienso. Pero es temprano aún para eso. Aún me falta recorrer, buscar, a ver qué libro me llevo. Doy media vuelta y me pierdo entre los stands, los libros y la gente.
1 comentario:
Martin, para los que nos gusta escribir, el que alguien lea tu libro debe ser la sensacion de mayor plenitud que uno pueda describir.
Un abrazo y te felicito!!
Segui así hno.
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