25 de junio de 2012

NOCHEVERANO

Diciembre 2011. Un año más que está diciendo chau. “Está saliendo el sol, para vos y está bailando mi corazón”. El cielo se va iluminando. Un amanecer comienza a ganarle la batalla a la oscuridad de una noche. Una noche más. Qué noche, teté.
Los rayos de luz van acariciando el río y van invadiendo lentamente la pista de baile, con toda esa gente linda unida por la fiesta, por la música y por las ganas de liberar la fiebre de sábado por la noche.

Ya es domingo. Y la fiebre se está despidiendo, aunque algunos la quieren seguir extendiendo. Son los últimos minutos de pista bolichera, de música fuerte. Son los primeros minutos del amanecer del domingo.

Poco a poco, se termina la noche. Y poco a poco, estalla el verano. Algunas chicas, las más top, ya andan exhibiendo sus bronceados anticipados y sus looks verano 2012. “Ella tiene un look, tiene un look, ella dibuja mi destino con rouge...”

Todos bailamos algo y tomamos algo. O nos bailamos algo y nos tomamos todo. O nos bailamos todo y nos tomamos todo. Fernéconcoca, yampánconespid, birra. Y se encienden las chispas de los amores locos, así como también se encienden uno a uno los cigarrillos. O cualquier cosa que sea posible de encender.

“I just wanna make you Sweat”, dice David Guetta. “La mano arriba, cintura sola, da media vuelta y danza kuduro”, dice otro, en una canción de moda. “Látigo, látigo, ella quiere látigo”, recitan unos nuevos poetas, llamados Wachiturros, pero que se dice así y gritando: GUA – CHI – TUUUU – RRRROOOOO.

En la noche todo lo que uno puede imaginarse convive en la mayor armonía. Hay de todo como en un lindo zoológico, pero con los animales sueltos. La armonía se logra a través de la música. Aunque nunca falten los que la rompen, dándonos letra para que al día siguiente podamos contar que  “no sabés!... hubo piña”.

Un nuevo verano está por estrenarse. Todos celebramos esta noche.

Entre las chicas que dan vueltas y bailan, -“y sólo deja que hable tu cuerpo” – hay una que es la enviada, la elegida, la señal. Mueve sus cabellos rubios, los mueve de un lado para el otro, y sabe, por supuesto que la estamos mirando. Entre sus movimientos, nos deja ver un tatuaje: “Todo sucede por una razón”, dice escrito sobre la espalda.

Y esa frase me queda marcada, en la mente, como un sello. Esta noche es la razón de vivir para los que vivimos el presente. Bailamos, soñamos, y vivimos por una razón o por muchas, no sé. Todo sucede por una razón, y el tema es encontrar esa razón ¿no? Y mientras la encontramos, seguimos dando vueltas, buscando. Y eso está bueno, está lindo, tiene su adrenalina. Dar vueltas y buscar.

Estamos en Rosario y es un Diciembre recién comenzado, según el dios almanaque. Faltan como veinte días para que llegue, pero ya hay olor a verano. Y eso me encanta. Me encanta. Repito: me encanta.

Esta noche se termina. Sí, así, se termina. Porque ya está amaneciendo, porque es hora de regresar.

Pero por suerte existe esa bendición llamada imaginación. Y con ella, podrás atreverte a escribir mucho más. Porque siempre hay mucho más en la noche. Y porque siempre hay cosas, que no nos atrevemos a contar.

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