Vi nacer la feria del libro de mi ciudad en el año 1996, cuando iba a primer año de la secundaria en la Escuela Normal y el Director Duilio Cámpora nos invitó a todos los alumnos a colaborar en ella. La escuela abrió sus puertas a la primera feria del libro de la ciudad. ¡Cuánta sorpresa! ¡Cuánta alegría!
Si alguien no se acercaba a compartir lo que sabía hacer, él lo invitaba.¡Que nadie se quedara afuera!
Así que, queridos amigos, tengo que confesar que ya antes de ser escritor me había enamorado de la feria del libro. Días de muchos libros, de encuentro, de música sonando por todos lados, de arte, de magia y de sueños.
Hoy, año 2015, la feria lleva el nombre de Duilio, quien nos dejó hace cinco años. Y este fruto ¡es de él!¡Gracias! No es sólo un homenaje o un nombre más. La feria fue realmente su gran sueño hecho realidad y trabajó mucho por ello, involucrándonos a todos en el colegio y a todos en la ciudad. Plantó una semilla, la hizo crecer y nos dejó un árbol que debemos cuidar entre todos.
Sólo si todos nos unimos verdaderamente podemos hacer una cultura viva, brillante, que arda, que encandile y que se sienta. No hay otro camino que el de expresarnos juntos, porque así dejamos huella y tenemos verdadera identidad.
Por todo esto sigo apoyando a la feria del libro, a pesar de las críticas que pueda tener. Y lo hago con todas mis energías y con todo mi corazón. Por esto invito a todos a visitarla. Por esto invito a todos a compartir lo que hacen, en este lugar que crecerá, si todos nos sumamos con lo que tenemos para dar.
(12/10/15)
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