¿Qué tiene Jesús para
decirle a los jóvenes de hoy? Mucho, muchísimo. Porque él es luz que ilumina el
camino de la vida, y eso - en una etapa tan difícil y de tantos cambios como la
adolescencia o la juventud - es valiosísimo.
Contar con un faro
esperanzador, una luz que guía brillante en el horizonte, entre tanta
confusión, resulta imprescindible.
Jesús es luz y esto no sólo es
un símbolo, sino una realidad. Él iluminó los corazones de aquellos que lo
siguieron en su época y a todos los que lo siguen hasta el día de hoy.
Jesús, por medio de nuestras
palabras y acciones, ilumina verdaderamente el camino de nuestra vida. También es
nuestro amigo. ¿Por qué? Porque nos habla como un amigo cercano, de igual a
igual, en forma sencilla, con lenguaje directo, con ejemplos cotidianos; él
quiere ayudarnos como lo hace un gran amigo. Habló para sanarnos, para darnos respuestas,
para que comprendiéramos mejor nuestra existencia y así tengamos una vida
mejor.
Jesús no andaba con vueltas y
eso hacen los grandes amigos. Jesús era un buen tipo -y definirlo así no le
quita para nada su condición de Hijo de Dios ni su divinidad, ni es una falta
de respeto-. Porque en definitiva vino al mundo a hacerse uno de nosotros y a salvarnos
desde acá, desde lo más cercano. No nos
iluminó desde un más allá lejano, inaccesible, inalcanzable, sino que vino a
iluminarnos bien de cerca, haciéndose uno más de nosotros.
Más allá de nuestras
creencias, de nuestra religión, él tiene algo importante que decirnos, a través
de sus palabras de Vida que no son palabras que se llevará el viento, sino que
fueron dichas para transformar al mundo y a cada uno de los que lo sigan escuchando,
por los siglos de los siglos. Pasan y pasarán los años y seguiremos hablando de
él. Porque la llegada de Jesús cambió al mundo.
COLUMNA "ENFOQUE JOVEN" - Periódico Diálogo Nº 239 - Mayo 2015
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